
El primer taxi volador en RD: ¿futuro o fantasía?
En días pasados, Williams Pérez Figuereo, representante de la Central Nacional de Transportistas Unificados (CNTU), sorprendió al anunciar la llegada del primer taxi volador a República Dominicana y la intención de establecer una flotilla de estos vehículos. Sin embargo, la noticia generó de inmediato escepticismo y dudas sobre la viabilidad del proyecto.
El concepto de un taxi volador, un vehículo de despegue y aterrizaje vertical, parece difícil de implementar en Santo Domingo, pues no hay en la actualidad la infraestructura para este tipo de tecnología. A esto se suma la maraña de cables aéreos que caracteriza a la ciudad, lo que representa un reto adicional para la seguridad de estos vehículos.
En medio del revuelo, se conoció un detalle clave: este no es un proyecto de la CNTU, sino de Karim Abu Naba’a, mejor conocido como el Príncipe Karim, quien fue señalado por Pérez Figuereo como el responsable de traer el primer taxi volador al país. Este modelo, un EHang 126s, es un dron autónomo y eléctrico con capacidad para transportar dos pasajeros.
Más allá de la confusión inicial, la visión de Karim, compartida al participar en el Rincón del Experto en el programa televisivo Vía Tecnológica, parece ser más clara y realista, pues su objetivo es utilizar estos vehículos para apoyar la proyección turística del país y no para operar en vías urbanas como se sugirió inicialmente.
Según sus estimaciones, la posibilidad de un servicio de taxis voladores para usuarios urbanos en República Dominicana podría materializarse en cinco o diez años, dependiendo del desarrollo y adaptación de la tecnología.
Este giro en la información aclara muchos puntos. No se trata de un proyecto de transporte público para complementar opciones más convencionales, sino de una apuesta futurista para atraer turismo e innovación al país. En este sentido, Karim incluso ha afirmado que República Dominicana podría adelantarse a ciudades como Dubái, donde un servicio similar está proyectado para 2026.
El anuncio ha generado opiniones divididas. Mientras algunos lo ven como una oportunidad para posicionar al país como pionero en movilidad aérea, otros cuestionan la factibilidad del proyecto, considerando las barreras tecnológicas, regulatorias y económicas que aún deben superarse. La pregunta clave es si el país está listo para dar este salto en el transporte o si la propuesta quedará como una ambición futurista más.
Por ahora, lo único cierto es que el primer taxi volador ya está en el país. Lo que suceda a partir de aquí dependerá de la capacidad de adaptación y desarrollo de la infraestructura necesaria para hacerlo realidad.
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