El pino canario rebrota tras la erupción del volcán de La Palma

20-09-2022
Ciencia, Tecnología e Innovación
El Ágora Diario del Agua
Compartir:
Compartir:

La flora española cuenta con multitud de especies únicas, desde las más modestas en tamaño a las más grandes, las más robustas o las más delicadas y las más fascinantes en historia evolutiva. Las islas Canarias, por su situación geográfica y su clima sobresalen como el territorio más rico en biodiversidad del Estado español, con numerosas especies de fauna y flora que son exclusivas de allí. Una planta extraordinaria por su porte y capacidad de adaptación es es el pino canario (Pinus canariensis), uno de los pocos pinos del mundo capaz de rebrotar tras sufrir un fuego. Y esto es lo que está ocurriendo ahora en la isla de la Palma, donde parte de los árboles afectados por la erupción volcánica del año pasado han empezado a reverdecer.

La imagen la compartía en redes sociales el vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional Rubén López, señalando que los pinos canarios «ya comienzan a recuperar su verdor tras ocho meses de ‘normalidad’».

El volcán de Cumbre Vieja en La Palma, entró en erupción el 19 de septiembre de 2022. 85 días y ocho horas después, el Instituto Geográfico Nacional (IGN) pudo finalmente dar por terminado el fenómeno que marcó un antes y un después en la vida de todos los palmeros.

Resistir al fuego

Como explicaba nuestro colaborador César Javier Palacios, experto en temas forestales, en un artículo publicado tras el gran incendio de Tamadaba, ocurrido en verano de 2019 en Gran Canaria, un secreto del pino canario para sobrevivir al fuego está en su gruesa corteza, una coraza natural contra las llamas que protege su interior aunque todas las ramas hayan ardido.

Otro factor que endurece al pino canario frente al fuego es el duro corazón de tea, siempre elegido para fabricar los mejores muebles, puertas, ventanas y balcones canarios.

Ramas y acículas de pino canario. Foto: El Ágora Diario del Agua

Además, el pino canario es capaz de rebrotar en las ramas gruesas, en el tronco e incluso en la cepa, algo que consiguen hacer algunas especies frondosas, pero no las coníferas.

La suya es una formidable resistencia jurásica, camaleónica, especialmente diseñada para Canarias a pesar de su pasado remoto europeo, continente donde se localizan sus fósiles más antiguos. Expulsado de Europa con las glaciaciones, Canarias se convirtió en su último refugio. Sorprendentemente, su pariente genético más próximo es el pino chir del Himalaya (Pinus roxburghii), de cuyos bosques le separan más de 6.000 kilómetros.

El pasado mes de octubre, en plena erupción volcánica, la Radio Televisión Canaria (RTVC) entrevistaba a Luis Gil, ingeniero de Montes y miembro de la Real Academia de Ingeniería, preguntándole sobre cómo afectaría el fenómeno geológico a la flora del entorno.

Pinos creciendo en la zona de Cumbre Nueva, en La Palma. | FOTO: Eric Gevaert

El experto afirmaba entonces: “El pino canario lleva conviviendo con el vulcanismo desde hace al menos 13,5 millones de años y ha desarrollado una serie de adaptaciones a estos procesos. Durante las erupciones, los árboles se ven expuestos a elementos nocivos como el mercurio; la acumulación de cenizas puede provocar la pérdida de hojas y ramas, y la lluvia de piroclastos puede partir el árbol o causar graves heridas al tronco. A diferencia de los pinos peninsulares, el canario posee un abundante parénquima axial que le permite almacenar grandes cantidades de sustancias de reserva. Y si la copa desaparece, es capaz de regenerarla. Además, presenta una gruesa corteza y gracias a su elevada altura puede seguir viviendo aunque la capa de ceniza se eleve decenas de metros”, explicaba.

Aunque es resistente al fuego, el pino canario tiene sin embargo una debilidad poco conocida, explica César Javier Palacios. Frente a largos procesos de sequía, los conductos de savia de este pino se acaban secando y pueden matarlo en apenas un mes. La preocupación de los especialistas es que, a medida de que las consecuencias del cambio climático vayan a más, los pinares canarios no puedan soportarlo y acaben yendo a menos.