El ADN apunta que los rapanui llegaron a América dos siglos antes que Colón
Quince esqueletos de residentes de la actual isla de Pascua han roto el mito de Cristóbal Colón. Dos siglos antes de que las tres carabelas pagadas por los Reyes Católicos vislumbraran las costas de lo que se llamaría América, los rapanui ya habían llegado.
El análisis genético de los 15 cadáveres de habitantes de la remota isla chilena, que vivieron entre 1670 y 1950, desmonta la hipótesis de que el encuentro de los indígenas de las islas y los americanos se había producido después de la aparición de los europeos.
Para realizar el estudio de los cuerpos, que se conservan en el Museo Natural de París, los investigadores se han sometido al juicio ético del pueblo rapanui, que ha estado de acuerdo en realizar el análisis de once huesos de cráneo y cuatro dientes de 15 individuos perfectamente identificados a través de técnicas respetuosas y poco invasivas.
Pese a la lejanía de la isla (a 3.500 kilómetros de la costa chilena ya 1.300 de la Polinesia), hacia 1250 los navegantes polinesios ya habían aprovechado su habilidad en el mar para instalarse. En los siguientes cinco siglos levantaron una civilización caracterizada por las estatuas gigantes de piedra, los moais, que aún hoy guardan enigmas de cómo se construyeron y levantaron.
A partir del análisis del ADN de los cadáveres, los investigadores, encabezados por Victor Moreno-Mayar, de la Universidad de Copenhague, han establecido que el 90% de los antiguos pobladores de Pascua tienen un genoma polinesio y un 10% americano, según publican este miércoles en la revista Nature. Pero los científicos van más allá y sitúan el encuentro de ambos grupos en torno al año 1300, cuatro siglos antes de 1722, el año en que los europeos llegaron por primera vez a la isla del Pacífico Sur y casi 200 años antes de que los hombres de Colón tocaran el Caribe, en 1492.
Para llegar a esta conclusión los investigadores han estudiado cómo se distribuía el ADN indígena americano en el fondo genético polinesio de los rapanui, y para Moreno-Maya «esta distribución es coherente con un contacto ocurrido entre los siglos XIII y XV”.
Aunque la investigación no puede concretar si fueron los indígenas pobladores de la actual América del Sur los que realizaron el viaje hacia la isla de Pascua o los polinesios los que atravesaron el Pacífico, la tradición marinera de estos últimos y los restos arqueológicos avalan esta última hipótesis como la más plausible.
Desmentir el suicidio ecológico
No es la única teoría que esta investigación cuestiona, ya que también echa por tierra la hipótesis del ecocidio, el suicidio ecológico, que defiende que la suma de la superpoblación de la isla y la sobreexplotación de recursos naturales para construir barcas va acabar por hacer colapsar la civilización en el año 1600, provocando hambre y guerras.
Es una teoría que se ha hecho popular para encontrar una explicación de por qué dejaron de levantar moais y que se utiliza como alerta para los riesgos de abusar de la naturaleza.
Es cierto que el territorio perdió su bosque original de millones de palmeras, que en el siglo XVII prácticamente había desaparecido, pero para los investigadores no existe una relación directa con el colapso sufrido antes del contacto con los colonos europeos.
Por el contrario, se destaca la resiliencia de la población autóctona ante los desafíos ambientales durante siglos, aunque no pudieron superar la pérdida de un tercio de la población cuando en 1860 empezaron a llegar los barcos esclavistas desde Perú ni las enfermedades llevadas por los europeos, como la viruela, que redujo a 110 los rapanui.
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