Descubren que otros primates no humanos también tienen el sentido del ritmo
Los pájaros cantores comparten el sentido humano del ritmo, pero ¿se repite esta habilidad musical en mamíferos no humanos? Un estudio internacional realizado con lémures Indri indri, en peligro crítico de extinción, demuestra que sí. Los resultados han sido publicados en la revista Current Biology.
Los científicos del Instituto Max Planck de Psicolingüística (Países Bajos) y de la Universidad de Turín (Italia) buscaron rasgos musicales en otras especies con el objetivo entender cómo se originaron y evolucionaron las capacidades rítmicas en los humanos.
Para averiguar si los mamíferos no humanos tienen sentido del ritmo, el equipo estudió durante 12 años en Madagascar a uno de los pocos primates ‘cantores’, el lémur Indri indri, y comprobaron así si sus canciones tenían ritmos categóricos, es decir, patrones universales que parecen encontrarse en todas las culturas musicales humanas.
Un ritmo fácil de reconocer
El ritmo es categórico cuando los intervalos entre los sonidos tienen exactamente la misma duración (ritmo 1:1) o una duración doble (ritmo 1:2). Esto hace que una canción sea fácilmente reconocible, aunque se cante a diferentes velocidades, explican desde el Instituto Max Planck.
Los investigadores grabaron los cantos de 20 grupos de indri (39 animales) que vivían en su hábitat natural. Constataron así que los miembros de un grupo familiar de indri suelen cantar juntos, en dúos y coros armonizados, y descubrieron que las canciones de estos animales tenían las categorías rítmicas clásicas (tanto 1:1 como 1:2), así como el típico ritardando o ralentización que se encuentra en varias tradiciones musicales.
Además, observaron que las canciones masculinas y femeninas tenían un tempo diferente, pero mostraban el mismo ritmo.
El canto de los indri, en peligro de extinción
Según la primera autora, Chiara de Gregorio, se trata de la primera evidencia de este “ritmo universal” en un mamífero no humano.
Esta capacidad puede haber evolucionado de forma independiente entre las especies cantantes, ya que el último ancestro común entre los humanos y el indri vivió hace 77,5 millones de años, según subrayan los expertos.
El siguiente paso de los científicos es encontrar evidencias de otros patrones musicales en el indri y otras especies. En este sentido, Andrea Ravignani, coautor del estudio, anima a otros investigadores a recopilar datos sobre el indri y otros animales en peligro de extinción, “antes de que sea demasiado tarde para presenciar sus impresionantes demostraciones de canto”.
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