¿Cuál es el atractivo de la virtualidad?

16-02-2022
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
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Lo virtual está de moda, y es un fenómeno que lleva varios años en desarrollo. 

Podría decirse que el fenómeno empezó con las salas de chats virtuales que surgieron con la llegada de la Internet a modo de servicio en los 90s, evolucionando estas hasta convertirse en las redes sociales que hoy arropan todo. 

Con el paso de los años, como suele ocurrir, los recursos digitales en el ciberespacio no solo evolucionaron, sino que se multiplicaron. Hace años que podemos comprar cualquier cosa vía Internet, así como leer, educarnos y entretenernos, todo desde la comodidad de nuestro hogar.

Llevamos casi 3 décadas en este proceso de digitalización que tiende hacia la virtualidad, y si lo vemos desde ese punto de vista, no sería sorpresa alguna que estos esfuerzos culminen en famoso metaverso que Zuckerberg y otros proponen. 

Aunque para muchos es una idea sin sentido el hacer vida “normal” en entornos virtuales, los prospectos indican que vamos de cabeza hacia allí, lo queramos o no. 

Así, por ejemplo, la firma de consultoría e investigación tecnológica Gartner, Inc., estima que para 2026 el 25 por ciento de la gente estará pasando al menos una hora en el metaverso, ya sea en menesteres de trabajo, compras, educación o entretenimiento. 

Esta misma firma apuesta a un metaverso que, en el largo plazo, no dependerá de dispositivos ni tendrá dueño, lo que le permitirá desarrollar su propia economía virtual, impulsada por criptomonedas y NFTs. 

Lo descrito más arriba parece una locura, pero ese es el rumbo que van tomando las cosas desde hace tiempo. 

Quizás lo más llamativo de todo este asunto del metaverso es la promesa de experiencias enriquecidas a cada nivel imaginable. En este entorno mágico, por ejemplo, se habla de empresas que estarán más compenetradas e involucradas con sus empleados. Asimismo, se habla de increíbles formatos de entretenimiento inmersivo que eliminan fronteras y otras barreras. 

Todo en el metaverso, según las promesas preliminares de quienes participan en su desarrollo, será más gratificante y satisfactorio que en el mundo real, y eso debería movernos a reflexión. 

De entrada, ¿por qué no hacer el esfuerzo de que la vida en el mundo físico sea mejor y más agradable que la actual? 

Se vende al metaverso como la solución a todo, una especie de boleto hacia una vida más bonita y satisfactoria. El único problema es que este prospecto solo existirá en la virtualidad: en el mundo físico seguiremos igual de mal que antes, o quizás peor. 

El metaverso no es garantía de nada, y esta realidad aplica, sobre todo, al comportamiento humano. Muestra de ello es que ya hay denuncias de acoso en ese entorno.