Brasil prohíbe pruebas cosméticas en animales, un paso histórico para la industria sin crueldad
Brasil se convirtió en el país número 45 en prohibir las pruebas en animales para cosméticos, higiene personal y perfumes. Con más de 1,6 millones de firmas de ciudadanos y el respaldo de la sociedad civil, la nueva ley marca un antes y un después en la defensa animal.
La aprobación del Proyecto de Ley 3062/22 por la Cámara de Diputados establece la prohibición total del uso de vertebrados vivos en pruebas cosméticas. Además, veta la comercialización de productos o ingredientes testeados en animales, salvo excepciones reguladas.
Si una marca entra en estas excepciones, no podrá declarar que es cruelty free ni usar etiquetas como “no testeado en animales”. La medida busca garantizar transparencia y un compromiso real con el bienestar animal.
Este avance consolida años de lucha de organizaciones y activistas, que lograron reactivar un proyecto presentado en 2013 y frenado durante casi una década.

Una victoria fruto del compromiso social en Brasil
La campaña global, impulsada por ONG y reforzada con iniciativas como el corto animado #SaveRalph, logró captar la atención mundial. Más de 150 millones de personas vieron este material que expuso la crueldad del testeo animal.
El apoyo masivo y la persistencia de organizaciones como Te Protejo y Humane World for Animals fueron claves. Este logro no solo beneficia a los animales en Brasil, sino que refuerza la tendencia global hacia prácticas más éticas en la industria cosmética.
Este es el cuarto proyecto aprobado en Brasil en beneficio de los animales usados en pruebas cosméticas. Con la nueva ley, se evitará el sufrimiento de cientos de miles de ejemplares que eran sometidos a experimentos crueles e innecesarios.
Los métodos alternativos a las pruebas cosméticas en animales ya son una realidad
Las pruebas en animales incluyen prácticas dolorosas como irritación ocular, corrosión dérmica y toxicidad aguda, muchas veces sin ningún tipo de alivio del dolor. Estos procedimientos generan heridas irreversibles e incluso la muerte.
Sin embargo, las alternativas científicas modernas demuestran que es posible prescindir de los animales. Modelos computacionales, cultivos celulares y la bioimpresión 3D ofrecen métodos más precisos, seguros y éticos para la evaluación de productos.
Brasil ahora se suma a países de América Latina como México, Colombia, Chile y Ecuador, consolidando una región que apuesta por la innovación sin crueldad. El compromiso ético se convierte en un nuevo estándar para la industria cosmética global.

¿Cómo reconocer un producto cruelty free?
Los productos cruelty free no solo evitan el testeo en animales, sino que tampoco usan ingredientes previamente probados en ellos. Para identificarlos, se puede buscar certificaciones reconocidas como Leaping Bunny, PETA o Cruelty Free International.
Estas etiquetas garantizan que ni los productos ni sus componentes fueron testeados en animales en ninguna etapa de su desarrollo. Es importante verificar siempre que las marcas estén registradas en listas oficiales o en sitios web especializados.
Algunas marcas reconocidas cruelty free son Lush, The Body Shop, Natura, Garnier y Herbal Essences. Estas empresas trabajan con ingredientes seguros y métodos alternativos, demostrando que la belleza no tiene por qué implicar sufrimiento.
El desafío ahora es la implementación
La ley brasileña deberá ser sancionada oficialmente y los organismos reguladores, como ANVISA, tendrán hasta dos años para establecer las normativas que aseguren su cumplimiento.
Entre sus tareas estará la validación de métodos alternativos y la supervisión efectiva de las prácticas de las empresas. Esta reglamentación será esencial para garantizar que la ley tenga un impacto real en la industria.
El camino hacia una industria cosmética sin crueldad es irreversible. Con el ejemplo de Brasil, otros países pueden sumarse al cambio, construyendo un futuro donde la ciencia y la ética vayan de la mano.
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