La ‘sopa de la libertad’ de Haití: patrimonio cultural de la Humanidad

23-12-2021
Buen Comer
Ecoticias
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El primer día de cada año todos los haitianos comen la sopa Joumou, también llamada la ‘sopa de la libertad’, un plato que, hasta que pudieron obtener su independencia sólo podían tomar los dueños de las plantaciones puesto que no estaba al alcance de la economía de la mayoría de los pobladores de la isla.

Esta fecha tan significativa para todo el mundo, porque es el comienzo de un nuevo año, lo es mucho más para los haitianos, ya que coincide con el Día de su Independencia, por ello es una comida que se comparte en familia y aúna a todos los nacionales. También se suele servir como desayuno dominical tradicional.

El simbolismo detrás de este plato es que su preparación estaba en manos de los esclavos, que debían cultivar las verduras y cocinarlas, pero no podían tomar el potaje, ya que su consumo era privilegio de los señores y no de los esclavos. Por eso celebran su liberación consumiendo aquello que les estuvo vedado durante su esclavitud.

Esta sopa de la que existen muchas variaciones nacionales y que se puede encontrar en múltiples cocinas caribeñas y latinoamericanas es básicamente una preparación en base a verduras, de ardua preparación y que generalmente lleva zanahoria, patata, apio, nabo, puerro, cebolla, col, calabaza turbante, malanga o ñame, carne y pasta.

Patrimonio inmaterial

También llamada sopa de giraumon, sopa de calabaza, turban squash soup o sopa del 1º de enero, este plato sencillo convoca a todas las familias haitianas cada año, por ello la agencia cultural de las Naciones Unidas (UNESCO) ha agregado este símbolo nacional de Haití a su lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay explicó que los elementos que se consideran como patrimonio cultural inmaterial tienen la capacidad de unir a las comunidades a las que representan en torno a conocimientos y tradiciones únicos, de modo que ayudan a fortalecer la cohesión social.

Además, añadió que esto es especialmente cierto cuando las comunidades se ven afectadas por desastres naturales o situaciones de emergencias, ya que el patrimonio cultural intangible en estos casos cumple con un papel importante en la resiliencia y recuperación de la comunidad, y les da presencia y voz internacional.

Azoulay insistió en que la sopa Joumou es mucho más que un plato de comida, puesto que cada vez que se prepara, es una manera de volver a contar la historia del país que está jalonada por héroes y heroínas que dieron sus vidas a cambio de obtener la libertad y la abolición de la esclavitud para sus semejantes.

Pobre pueblo haitiano

El anuncio de la incorporación de Joumou Soup a la lista del patrimonio Inmaterial de la UNESCO llega en un momento crítico para la pequeña nación caribeña, ya que además de ser uno de los países más pobres del mundo, está en plena lucha contra el aumento de la violencia y el fortalecimiento de las pandillas, algo que se acentuó tras el asesinato del presidente Jovenel Moise, hace 6 meses.

La nación isleña está siendo víctima de las bandas locales que han disparado los índices de delitos, entre los que destacan los secuestros, además de una crisis en el precio de los combustibles y escasez de los mismos.

Mientras tanto sigue luchando por recuperarse del terremoto de magnitud 7.2 sufrido en agosto pasado, que mató a más de 2,200 personas, destruyó infraestructuras críticas y causó innumerables daños y pérdidas.

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