PLD: presencia y compromiso
El alto costo de la vida, el deterioro de los servicios públicos, el desempleo, la inseguridad social y la falta de atención a las comunidades, han generado un profundo desencanto.
El alto costo de la vida, el deterioro de los servicios públicos, el desempleo, la inseguridad social y la falta de atención a las comunidades, han generado un profundo desencanto.
El repunte del PLD no es una casualidad, sino el resultado de trabajo, disciplina y reconexión con la sociedad, en todos sus estamentos.
El gobierno puede seguir evadiendo responsabilidades, pero lo que no podrá detener es el hastío de un pueblo cansado del abandono y dispuesto a reclamar lo que le pertenece
El eco de las quejas de El Manguito trascendió gracias a la presencia activa de los comunitarios, quienes exigieron soluciones inmediatas a sus males históricos.
La política no se construye con excusas. Se construye con resultados. Y este gobierno no tiene resultados que mostrarle al país.
Unirse para defenderlo no es un acto de rebeldía, es un acto de amor. Amor por el barrio, por los hijos, por la ciudad, por el país.
A más de un siglo de su nacimiento, su ejemplo sigue siendo luz orientadora para quienes creemos en la justicia social, la ética en la política y el compromiso con los más humildes.
Este abandono no solo se traduce en hambre, desempleo o falta de servicios básicos. También erosiona el tejido comunitario.
La política necesita líderes que dejen el escritorio y vuelvan al territorio. Que escuchen sin prisa y sin pose. Que no solo lleguen con promesas, sino que regresen con soluciones.