Una vez racionalizado el gasto público, el Gobierno contaría con una población más abierta a escuchar la propuesta oficial para elevar las recaudaciones a través de reformas.
Si observamos, libres de apasionamiento, la “composición social” de la evasión, está claro que 80 de cada 100 pesos evadidos caen en la geografía empresarial.
Para evitar la entrada al mercado de aventureros con el dinero de otros, debe elevarse el capital mínimo pagado de las fiducias a no menos de RD$50 millones.
La reforma fiscal socavaría economía, ahuyentaría la inversión y la clase media empobrecería.
Han pasado 14 años. Los resultados, lamentablemente, no son los que soñaron los promotores de la Ley de Cine.
En el caso del FONPER, dado el elevado costo de sus operaciones y el déficit de transparencia que exhibía, se recomendaba su cierre y el traspaso de sus funciones a Hacienda.
El BCRD continuará manejándola unos años más hasta que aparezca alguien en el Poder Ejecutivo con la voluntad política necesaria para ponerle el cascabel al gato.
Un Fondo como el que sugeriría Becker, ayudaría a países como el nuestro a enfrentar las calamidades fiscales que producen los aumentos súbitos de la tasa de política de la FED.
Somos el país de la región que ha exhibido la mayor velocidad de convergencia de su ingreso por habitante con el de Estados Unidos en 1972-2022.
Convendría que el informe anual del gasto tributario incorpore una sección sobre el impacto del mismo sobre la equidad distributiva.
El traspaso de la totalidad de la deuda interna del Banco Central a Hacienda liberaría a esta del pago de los intereses sobre los bonos de recapitalización que están en poder del Banco Central.
Estaría más que justificado que en la reforma fiscal se incluya un Impuesto Solidario para Servir la Deuda Pública Inducida por la Pandemia del COVID-19 de 1% sobre el valor de las propiedades inmobiliarias.
¿Es sensato plantear que con recaudaciones impositivas de 14.4% que tuvimos en el 2023 podemos asegurar la sostenibilidad de nuestras cuentas fiscales?
Una vez concluyan las elecciones, el Gobierno dominicano debe comunicarle a la “gentis” que ha llegado la hora del cambio de las políticas públicas en el sector eléctrico.
Andrés Dauhajre analiza la situación electoral de Estados Unidos.