La tercera ola del COVID-19

19-05-2021
Anjá
Jaime Aristy Escuder, República Dominicana
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La República Dominicana está siendo impactada por la tercera ola del covid-19. Las instalaciones privadas de salud se encuentran abarrotadas de pacientes afectados por esa enfermedad. El gobierno dominicano inauguró ayer la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar e inmediatamente informó que se utilizarían las unidades de cuidado intensivo para atender a ese tipo de pacientes.

La flexibilización del toque de queda y la irresponsabilidad de numerosos ciudadanos explican el aumento de la población contagiada. Basta con pasearse por el Gran Santo Domingo, sea el Distrito Nacional o la provincia, para darse cuenta de la forma en que se llenan los centros nocturnos de personas que no utilizan mascarillas ni guardan el distanciamiento social. No cabe duda de que esos centros, y otros lugares de esparcimiento, son actualmente el principal foco de contagio del covid-19. 

A pesar del avance extraordinario en el proceso de vacunación, las personas siguen contagiándose. Entre inicios de abril y la segunda semana de mayo de este año, el promedio de contagiados diarios subió en 159%. En ese grupo de contagiados se incluye a los no vacunados, pero también a personas que han recibido las dos dosis de la vacuna china. Esto pone de manifiesto que esa vacuna no impide el contagio, sino que solo reduce la probabilidad de que la enfermedad sea mortal o que envíe a la persona en condiciones críticas a un hospital.

La tasa de positividad promedio en los siete días más recientes ascendió a casi 17%. Por eso los médicos, y otros profesionales de la salud, se quejan amargamente en los medios de comunicación y en las redes sociales del aumento del covid-19. Están cansados de ver cómo la población irrespeta su trabajo, bailando teteo y fumando hookah, entre otras actividades que aumentan la probabilidad de contagio. Por eso solicitan medidas más drásticas para prevenir el contagio de esa terrible enfermedad. 

Yo entiendo a nuestros médicos y los apoyo. Y concluyo señalando que, ante el comportamiento descontrolado e irracional de parte de nuestra gente, se requieren medidas contundentes, al estilo de Lee Kuan Yew, para prevenir la propagación del covid-19.