“Democracia es el derecho de disfrutar de la riqueza que es para todos, no para unos cuantos”. Esta afirmación la hizo hoy Luis Arce, al asumir la presidencia de Bolivia, tras obtener el respaldo de la mayoría del pueblo boliviano en las elecciones del pasado 18 de octubre.

Ante una multitud que se concentró en el Palacio Quemado en La Paz, para ser testigos de primera fila del retorno de la democracia a esa nación suramericana, Luis Arce, condenó que sectores minoritarios levantan la bandera de la democracia cuando les conviene «y cuando no, recurren a la desestabilización, a la violencia y a golpes de Estado para hacerse del poder”.

Sostuvo que la democracia implica proteger “el acceso a la salud, a la educación, al trabajo, a los ingresos y a la vivienda”.

Expresó el compromiso de su Gobierno con «rectificar lo que estuvo mal y profundizar lo que estuvo bien”.

“Este 8 de noviembre iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todas y para todos, sin discriminación».

Denunció la persecución y la masacre llevadas adelante por el gobierno de facto que derrocó a Evo Morales en 2019.

“Bolivia fue escenario de una guerra interna y sistemática contra el pueblo, especialmente contra los más humildes”, dijo al tiempo de recordar a las víctimas de las masacres de Sacaba, Senkata y Pedregal.

“Se estigmatizó a los movimientos sociales, a campesinos, indígenas y obreros. Se humilló a las mujeres de pollera, se quemó nuestra wiphala, que es como quemarnos a nosotros mismos y nuestras raíces».

Aseguró que su gestión buscará en todo momento reconstruir Bolivia y vivir en paz.

Fuente: Página 12.