Que la reforma pase de eslogan a realidad
La sociedad dominicana se siente conmocionada ante lo ocurrido el sábado a la arquitecta Leslie Rosado, misma conmoción que sentimos cuando fueron acribillados en Villa Altagracia una pareja de jóvenes por la Policía y la misma consternación que sienten familias en los barrios cuando en incidentes confusos, en los que no sabe quién es quién mueren, intranquilizan o arrestan a ciudadanos.
Independientemente de que en el caso de Leslie el asunto no haya sido de manos de un policía “en servicio” como se ha querido decir…, asusta que un ciudadano persiga e intercepte a otro y que, con un arma de fuego, intente romper el cristal delantero de su vehículo. Eso es sencillamente horroroso y un síntoma de los niveles de irritabilidad e inseguridad que vivimos.
Lamentablemente la ciudadanía no confía en la Policía, tampoco los empresarios. Según datos del estudio Impacto de la inseguridad ciudadana presentado por ANJE un 75% de los empresarios consultados declaró tenerle poca o ninguna confianza a esta institución y para el 70% los delincuentes comunes son la principal amenaza de sus negocios. Para un 95% es algo o muy importante que en esta entidad se realice un proceso de reforma integral.
Un simple vistazo a la opinión pública en el día de ayer, hoy y cada vez que un hecho como este ocurre nos indica que, la mayoría está de acuerdo en que hay que, sino reformar, refundar la policía.
El propio presidente, Luis Abinader, insiste en la reforma y todavía hoy insistió en ello, como si es algo que viene pero que, no termina de llegar. Y bueno, uno está claro que una institución que tiene tantos años operando de una manera, no se va a cambiar de la noche a la mañana, sin embargo y, justamente por eso, uno entiende que es preciso empezar cuanto antes.
Sabemos que hay una comisión designada para estos fines y que dio unas recomendaciones, pero, ¿dónde quedan los policías en medio de todo esto? ¿podrá la Policía reformarse a sí misma con los mismos de siempre? ¿Qué herramientas tendrán? ¿Es posible reformar una cultura de autoritarismo por decreto?
Hay una cosa cierta, el tema urge, y como es complejo precisa de atenciones rápidas. Dicen en Miches, pueblo de mis padres, que va a llover no moja, que lo que moja es está lloviendo, en este contexto, yo diría que decir hay que reformar, no es reformar.
O quizás podría citar a Raquel Arbaje, la esposa del Presidente Abinader, cuando dijo: Quien me conoce sabe que no soy mujer de muchas mesas de trabajo y de comisiones.
En eso estamos de acuerdo, presidente, hágale caso, menos mesas de trabajo, menos gabinetes, menos ruedas de prensa con anuncios, queremos acción, el país necesita acción.
Como ciudadana alzaré mi voz para que haya acciones concretas. Menos tuitear, más trabajar.
Que la reforma pase de slogan a realidad.
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