A propósito de los ambiciosos proyectos en Cabo Rojo, Pedernales, recién anunciados por el Gobierno, en el marco de una «alianza público-privada» que debemos coger con pinzas, hay que abrir muy bien los ojos…

No es que no se hagan. Es que se hagan bien, respetando la capacidad de carga de los ecosistemas… Y LOS SOCIOSISTEMAS (la economía y emprendimientos locales, la cultura, la seguridad ciudadana integral, la participación social y comunitaria…), cosas que NUNCA se toman en cuenta.

Tenemos que dar seguimiento a los Estudios de Impacto Ambiental y Social (EIAS) de esos proyectos y prepararnos para participar en su discusión en las vistas públicas a que obliga la Ley, y además crear conciencia en la opinión pública y la sociedad sobre los riesgos de estos proyectos. Que no todo es siempre como nos lo pintan quienes promueven estas iniciativas.

Lo que estamos entregando a los empresarios privados es propiedad del pueblo dominicano. Hablamos de oro molido. Millones de metros cuadrados de terrenos de playa y de áreas muy delicadas con ecosistemas de enorme valor ecológico y económico para nuestro presente y futuro. Y que suelen quedar en manos privadas en virtud de cláusulas leoninas que se esconden al escrutinio público.

Inquieta también el potencial impacto negativo de esos proyectos sobre los manglares, el bosque seco, la biodiversidad y los ecosistemas costeros y marinos, definitivamente frágiles y de baja resiliencia, es decir, de muy difícil recuperación a los impactos, y sobre la dinámica de las corrientes marinas de esa zona.

La natural razón de los capitales es… ganar “cuartos”, dinero. Su vocación no es proteger valores sociales ni naturales. No por maldad, sino porque esa es su dinámica, su lógica y su propósito primero. Es la sociedad la que tiene que controlar sus externalidades negativas y potenciar las positivas al máximo en beneficio de todos… y del ambiente.

Recuerden que estamos hablando de ambiciosas inversiones del sector privado… y de un gobierno de empresarios, con muy clara vocación privatizadora… Y que «tuel-diablo-e’ candela»… No nos hagamos los tontos con p…

 ¡Ojo pelao sobre Cabo Rojo… y los grandilocuentes proyectos turísticos del poderoso capital hotelero nacional y transnacional  para el suroeste!

Teodoro Lara
Periodista. Grupo Ecologista Tinglar.