La Iglesia en manos de Lutero

12-11-2021
¡Te lo dije!
Ojalá, República Dominicana
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Hay cosas que parecen buena idea cuando uno las piensa, pero, en la práctica, terminan no siéndolo tanto. Para algunos, un ejemplo de esto, puede ser la elección por parte del presidente Abinader de quien dirige actualmente el INTRANT, y no creo que lo piensen por restarle méritos al incumbente sino, porque, al venir del sector que viene puede ser que las decisiones que tome la institución sean siempre cuestionadas.

El caso más reciente es la decisión de que los taxis de plataforma para prestar sus servicios deben estar situados a no menos de un kilómetro de la puerta principal de los hoteles de las regiones este y norte y de 200 metros en el Gran Santo Domingo.

Esto, acompañado de un conjunto de requerimientos dentro de los que se encuentra y solo por citar uno: que los vehículos que prestan servicio en las empresas de taxis por plataforma no pueden exceder los 15 años de fabricación.

Lo que ha provocado muchas reacciones, turistas arrastrando una maleta mientras caminan el kilómetro y, por supuesto, voces del sector sindical del transporte, respaldando la medida. Pero más que nada ha provocado una serie de preguntas y quizás solo una confirmación.

¿Tenemos la misma diligencia para poner requisitos a todos los taxistas? ¿Se está violentando la libre empresa?

Los sindicatos tradicionales de transporte, bien representados en el poder político, reciben algunos beneficios y principalías mientras que, aquellos que quieren entrar reciben trabas y requisitos.

¿Acaso aquellos que manejan taxis de estas plataformas no son también padres de familia, dominicanos en su mayoría?

¿Acaso la llegada de estas plataformas no ha provocado que los taxis de sindicatos y el servicio de transporte público en general se modernice? ¿Qué el usuario reciba mejor servicio?

Los usuarios de estas plataformas confían en ella porque son más prácticas, ofrecen facilidades para el pago, saben en todo momento la ruta que van a tomar y en muchos casos tienen mejores tarifas.

¿Puede el INTRANT regular estas sin provocar que todo lo demás se reinvente y se coloque a la altura?


Boicotear otras modalidades de transporte no vino con la llegada de los taxis de estas plataformas pero el peligro ahora es que los sindicatos son quienes están regulando.

¿Podemos esperar que el INTRANT promueva los cambios que necesita el sector para el bien del servicio y la satisfacción del ciudadano si eso puede significar ir contra la hegemonía del poder de los sindicatos?

Es evidente que, desde siempre, pero ahora mucho más, los sindicatos del transporte se encuentran en una posición dominante, donde reciben privilegios y controlan el juego, siendo juez y parte.

Esto, sin dudas genera muchas preguntas y, como dije anteriormente, una certeza: no se debe poner la Iglesia en manos de Lutero, quizás pareció una buena idea en algún momento, pero, ahora, evidentemente no lo es.