“Dictadura Sanitaria”
Si creciste entre los 60 y los 80 fuiste privilegiado al recibir las vacunas necesarias y obligatorias para que no te enfermaras de polio, tosferina y sarampión, entre otras enfermedades que, gracias a esas vacunas van camino a ser erradicadas.
Si te dio alguna de esas enfermedades a pesar de tener la vacuna, te aseguro que no moriste o tuviste complicaciones mayores precisamente por la inmunidad que desarrollaste cuando recibiste la vacuna.
Entonces, si no estabas vacunado, no podías inscribirte en la escuela. Esto tiene su razón científica: si no estás inmunizado presentas un mayor riesgo de contagiar a más personas y crear una epidemia. Aparte de que puedes contagiar a alguien más vulnerable que no puede recibir la vacuna por tener un sistema inmunológico comprometido, como las personas con cáncer o enfermedades autoinmunes.
¿Por qué con la vacuna del covid-19 no se quiere acatar el mismo rigor?
Me imagino que tiene mucho que ver con la falta de comprensión del proceso científico de producción que conllevaron las mismas. Y con la falta de entendimiento de cómo funcionan, se propagan y mutan los diferentes tipos de virus. Y esta falta de comprensión y entendimiento viene de la bola de desinformación que ha rodado por las redes sociales desde el inicio de la pandemia.
Dicen que los que nos vacunamos “tenemos miedo del virus”. Sí, tengo miedo de llevarlo a casa de mi abuela de más de 80 años. Miedo de llevárselo a mi hija asmática de 7 años que aún no es candidata a vacunarse.
Dicen: “Si la vacuna sirve, ¿porqué los vacunados pueden transmitir el virus? Entonces no la quiero porque no sirve”. La vacuna sirve porque hace el trabajo de proteger al vacunado de sufrir los efectos graves del virus y de ir a una clínica u hospital a ocupar una cama y a generar gastos. Ése es su rol primordial.
Mientras más personas se vacunen, menos oportunidad tiene el virus de infectar personas que le permitan MUTAR. Cada vez que el virus infecta a alguien su objetivo es crear más réplicas de sí mismo. Mientras más réplicas hace, más oportunidades tiene de crear una nueva mutación que haga las vacunas existentes menos efectivas, y crea la necesidad de refuerzos o boosters, como le llaman en inglés.
Queremos que se acaben los toque de queda, queremos que se acabe la pandemia, pero no queremos respetar el distanciamiento social, no queremos usar mascarillas, no queremos vacunarnos, ni que nos pidan prueba de nuestro estatus de vacunación.
“Vacunarse es un derecho y no vacunarse es un derecho también”, dicen. Pues les digo que vacunarse es un DEBER y no vacunarse una IRRESPONSABILIDAD a menos que tengamos razones médicas para no hacerlo.
*La autora es ingeniera química.
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