|Al acecho| Dando vueltas en la jeepeta
Y otra vez los «independientes» ocupan la atención del pueblo. ¡No pegan una!
Hay que decir que los exactivistas que, ahora forman parte del Gobierno de Luis Abinader junto a empresarios y representantes de la sociedad civil (menos perremeístas), todavía no tienen un año en el Estado y ya han dejado a su paso una estela de caretas rotas y disfraces sucios por doquier.
Se han quitado los trapos verdes para colocarse sus trajes con corbatas. Ya no se montan en guaguas de giras para juntarse en la capital y marchar contra la corrupción e impunidad, sino que necesitan licitar vehículos tipo SUV, por un monto estimado de RD$ 6.4 millones para hacer los quehaceres del funcionario.
Eso a pesar de que el pasado 20 de junio, el Poder Ejecutivo emitió el Decreto 396-21 que prohíbe la compra de vehículos de motor durante el año 2021.
Es cierto que la licitación que hizo el director de Compras y Contrataciones, Carlos Pimentel, se efectuó previamente al decreto en cuestión, pero es lógico que, si la licitación aún está en proceso y el presidente Abinader quiere austeridad en su Gobierno, lo menos que puede hacer el incumbente es apoyar la política de su líder y cancelar la solicitud.
Es lo ético y moralmente correcto que cualquier funcionario debe hacer ante una crisis sin precedente que vive el mundo por la pandemia.
¿Y qué importa?
Pero Carlos Pimentel no parece estar de acuerdo con eso. Por el contrario, se ofende porque le cuestionan la licitación de vehículos en tiempos de austeridad y
alega «manipulación» y «mentiras» porque el vehículo no es de «lujo».
Pero lo cierto es que esos automóviles 4×4 están valorados en 3.2 millones de pesos cada uno, según declara él mismo.
Si la justificación es que Carlos Pimentel necesita «algo con que moverse» para cumplir con los afanes de la institución, pudo bien solicitar algún carro más modesto para ahorrarse ese monto tan indelicado que representa en este momento, donde negocios quiebran a cada rato por el toque de queda que, por cierto, durante la campaña electoral fue muy criticado por la actual gestión.
Carlos Pimentel declara que no cancelará la licitación de los vehículos (atento a él) sin importar que el presidente Luis Abinader quiera mostrar una imagen de empatía hacia el pueblo dominicano, sobre todo para servir de consuelo a los miles de ciudadanos que han perdido sus trabajos por la propia pandemia.
A Carlos Pimentel no parece importarle nada de eso. Era más fácil para él vestirse de justiciero y estandarte de la moral cuando estaba fuera del tren gubernamental, pero ahora que está dentro ya no importan los desmanes, o por lo menos todo tiene una justificación o un porqué de las cosas. Ya nada es blanco y negro, como lo era antes…
Adiós coherencia
Si algo ha demostrado el Gobierno del cambio es que nunca ha existido independencia política en los exactivistas. ¡Y eso duele!
Han subido los precios de la canasta básica y hay amenazas de una reforma fiscal para el próximo año, y a pesar de eso las personas lo han dejado pasar, pues es lógico que en tiempos de Covid-19, las condiciones en el mercado mundial y la situación sanitaria no puede estar mejor que antes. O sea, sería mucha ingenuidad no entender que tales acontecimientos no impactarían a la República Dominicana.
No obstante, lo que realmente irrita a la población es el impacto que produce en un otrora activista el asumir un puesto de poder y olvidarse de lo que lo llevó a esa posición.
Provoca decepción que lo anteriormente malo ahora sea bueno, y que las críticas de antes sí fueran legítimas y las de ahora sean solo “manipulaciones” y “mentiras”. Antes todo estaba al borde del abismo y en la antesala de una “dictadura”, pero actualmente los señalamientos son simples exageraciones y palabras de dolor.
En fin, esto no es más que el mismo cuento de la guitarra y el violín.
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