Rusia se convierte en exportador neto de alimentos por primera vez desde los tiempos de la URSS
Las exportaciones de Rusia en el sector alimentario totalizaron el año pasado en 79 millones de toneladas por 30.700 millones de dólares, según consta en el último reporte del centro federal Agroexport, entidad dedicada al desarrollo de exportaciones agroindustriales y que responde al Ministerio de Agricultura ruso.
De acuerdo con el documento, las exportaciones rusas en el rubro alimenticio se incrementaron casi un 20 % en comparación con el 2019, batiendo además el récord establecido en 2018, cuando el país exportó 78,5 millones de toneladas de productos alimenticios por un valor de 25.800 millones de dólares.
Asimismo, el país exportó una mayor cantidad de granos, carne, pescado, vegetales, lácteos y otros productos de lo que importó, convirtiéndose así en un exportador neto de producción agrícola por primera vez desde el colapso de la Unión Soviética.
Una cosecha histórica
Tradicionalmente, los granos conforman más de la mitad de las exportaciones agrícolas de Rusia en términos de peso y corresponden a aproximadamente el 33 % de las ventas de productos alimenticios al exterior. En 2020, el país registró la segunda mayor cosecha de granos en toda su historia al tiempo que Turquía se convertía en uno de los principales consumidores de granos rusos, adquiriendo nueve millones de toneladas por 1.900 millones de dólares.
El mayor incremento se produjo en las exportaciones de carne, las cuales habrían aumentado un 49 % durante el año —alcanzando un total cercano a los 900 millones de dólares—, de la mano de una fuerte y creciente demanda por parte de China.
El gigante asiático continúa siendo el principal importador de productos agrícolas rusos, al ser destino del 13 % del total de ventas al exterior. En el segundo lugar se ubicó Turquía, con el 10 %, seguida de Kazajistán con un 6,8 %. En total, Moscú exportó productos alimenticios a 150 países de todo el mundo.
Agricultura en auge
El sector agrícola ruso ha estado en auge desde el 2014, cuando el país prohibió la importación de algunos alimentos desde la Unión Europea en respuesta a las sanciones que siguieron a la incorporación de Crimea, teniendo que desarrollar alternativas domésticas para los lácteos, frutos, vegetales y carne europeos.
La estrategia de las autoridades rusas prevé que las importaciones agrícolas al país crezcan un 50 % durante los próximos años, mientras que para este año se espera que las exportaciones alcancen al menos 26.000 millones de dólares.
Sin embargo, las recientes medidas implementadas por el Gobierno podrían contener el actual crecimiento. Y es que Moscú ha introducido un límite a las ventas al exterior junto con un aumento de impuestos a las exportaciones con el propósito de retener el exceso de suministros en el mercado interno y prevenir así un incremento de precios.