Letonia salva de la extinción a sus vacas azules
El viajero que recorre el campo letón se sorprende a veces al ver una vaca de color azul claro o ultramarino, pastando tranquilamente entre el ganado ordinario de color marrón, negro o blanco.
Esta raza única, que estuvo al borde de la extinción en la era soviética, ha regresado en las últimas décadas como un probable símbolo de la identidad nacional letona.
«Sus peores días terminaron», dijo Arnis Bergmanis, director del Ciruli animal park de Kalvene, que sirve como un lugar de cría de ganados.
«Las vacas azules son únicas y maravillosas. Estoy feliz de ayudarlas a avanzar», dice mientras examina a un becerro.
Mientras en 2000 solo había 18 vacas azules en Letonia, ahora hay alrededor de 1.500, tanto pura sangre como híbridas.
Conocidas inicialmente solo en la costa báltica en la región de Kurzeme, se volvieron populares también en las regiones centrales.
«Estamos felices de ayudar a todo nuevo granjero o propietario de posadas a obtener su propia vaca azul», añade Bergmanis.
Los dueños de posadas adquieren el animal como una atracción turística, mientras los granjeros incluyen una vaca azul simbólica entre su ganado por su fuerte instinto maternal.
«Si alguno de las crías de cualquier color pierde a su madre o es separada de ella, la vaca azul tomará a esa cría como la suya», añade Bergmanis.
La vacas azules se encontraban antes en las costas, donde llevaban una vida espartana, pues son capaces de alimentarse con ramas de arbustos y hierbas de las dunas, no comestibles para las vacas de otros colores.
La leyenda dice que toman su color del mar, pues nacen de color beige, pero su piel se vuelve azul y se hace cada vez más oscura con los años.
El pigmento también influye en el tejido muscular, produciendo carne que es excepcionalmente oscura, pero debido a que la cantidad es muy baja, la carne no se puede comercializar a gran escala.
Cuando los comunistas llegaron al poder bajo la ocupación soviética, optaron por la producción masiva de carne y lácteos. Favorecieron por lo tanto otro ganado más genérico, lo que llevó casi a la extinción de la vaca azul.
Pero las cosas cambiaron gracias al teatro. Debido a que el años 70 se hizo muy popular la pieza «The Blue One» de Gunars Priede, la original vaca retornó a la memoria popular, convirtiéndose en símbolo de la desaparecida identidad nacional.
En 2006, granjeros, científicos y gente entusiasta fundaron la Asociación Vaca Azul para proteger a la especie.
El gobierno ofrece ahora subsidios especiales a los dueños de vacas azules.
Las vacas azules producen menos leche que el promedio producido por vacas de otros colores, alrededor de 5.000 litros anuales por vaca, mientras las Holstein producen 8.000 litros anuales, pero su leche es más sana y nutritiva.
También se caracterizan por su habilidad para vivir en duras condiciones, según Daiga Simkevica, jefe de la asociación Vaca Azul.
«La fuerte, independiente y robusta vaca azul puede vivir todo el año al aire libre incluso durante las heladas invernales, lo que otras vacas no puede resistir», se evaluó.
La Asociación Vaca Azul organiza seminarios de granjeros, hace registros meticulosos para evitar la endogamia, trabaja para el incremento de la población y realiza investigaciones sobre esa variante.
«En el futuro esperamos tener los análisis completos del ADN para identificar los genes únicos en lo que respecta la vaca azul», dice Simkevica.
«Nunca vimos que una vaca azul atrapar el virus bovino de la leucosis, y por lo tanto esperamos identificar los genes que podrían beneficiar a las otras vacas», agregó.