Una importante discusión se mantiene en la opinión pública sobre el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta, por sus siglas en inglés). Se trata de un tema cardinal para nuestro país, vinculado a la exportación-importación de bienes y servicios, así como de la producción agropecuaria nacional.

Observando los análisis de expertos agropecuarios de la categoría de Carlos Segura Foster, la Comunidad Ojalá se adhiere a la opinión de que, si bien deben observarse aspectos fundamentales del Tratado respecto a la importación de arroz, por ejemplo, también deben ser evaluados los considerables beneficios que ha generado la firma y puesta en marcha de este pacto para otro sectores de la economía dominicana.

La petición de renegociación del convenio debe ser, pues, el fruto de un análisis profundo de evaluación sobre las ventajas y desventajas del DR-Cafta para República Dominicana, con el fin de evitar que se reediten errores y, de igual modo, de fortalecer los sectores para los que el Tratado ha representado un gran impulso, como manufactura y zonas francas.

Como lo ha señalado el también experto, economista agropecuario, Winston Marte, el arroz es el principal cultivo agrícola de la República Dominicana; 32 mil productores cultivan más de 3 millones de tareas, de modo que deber ser objeto de atención del Gobierno.

Con la culminación en 2025 de la desgravación de aranceles al arroz importado de Estados Unidos, el país perdería el 70% de su autosuficiencia en la producción de arroz, indican estudios.

Esta situación pone en desventaja a los productores nacionales y los puede conducir a la quiebra. Se perderían decenas de miles de empleos. Nuestro país seguiría decayendo en los niveles de autosuficiencia alimentaria.

En ese escenario, República Dominicana debe disponer de sus mejores hombres y mujeres, de sus expertos en todas las áreas que conciernen al Tratado, para analizar de manera pormenorizada cada aspecto perjudicial o beneficioso para el país.

Observar también la forma en que en lo adelante asumiremos la dinámica económica de cara a este y otros tratados que existen o que puedan surgir, conscientes de que el mundo cada vez más avanza en el sentido de mercados abiertos. Proteger nuestra producción local bajo los estándares correspondientes y colocar nuestros productos en los mercados internacionales.

El debate no debe limitarse a la afección o beneficio de un sector o subsector de la economía, sino a todos, de modo que en las discusiones sobre renegociación prime el interés colectivo nacional y nuestra visión como país integrado a sistemas de cooperación y comercio regional y mundial.

Por considerarlo de importancia y orientación a la población sobre los aspectos generales del DR-Cafta, compartimos un documento elaborado por el experto Luis Ramón Rodríguez: