Cambios en la avicultura de RD: desafíos, oligopolización e influencia de importaciones
La República Dominicana, en los últimos años, ha sido testigo de un crecimiento constante en la producción avícola, pero este éxito no está exento de preocupantes desafíos. A medida que la industria avícola florece, una nube gris se cierne sobre los pequeños y medianos productores.
Nuestro enfoque analiza el actual cambio en la estructura de producción avícola en el país, la creciente amenaza de oligopolización y las importaciones, como coctel perfecto que podría afectar, no sólo a los productores tradicionales, pequeños y medianos, sino también al futuro de la industria avícola en general de nuestro país.
Las cifras de producción de pollos y huevos han crecido de manera constante, llegando en el año 2022 a promediar mensualmente 18.6 millones de unidades de pollos y 274.5 millones de huevos, ambos valores antes no registrados, respaldadas en parte por la demanda interna y las oportunidades de exportación, especialmente a nuestro país vecino Haití.
Sin embargo, detrás de estas cifras aparentemente alentadoras, se esconde un fenómeno preocupante: el desplazamiento de pequeños y medianos productores.
Grandes empresas avícolas han ganado terreno de manera significativa en el mercado dominicano, controlando gran parte de la producción, procesamiento y distribución de pollos, dejando a los productores más pequeños en una posición vulnerable.
Además, el incentivo a las importaciones por parte del gobierno, a través de sus acciones, como la venta de pollos traídos de Brasil en programas sociales del gobierno y su «ley arancel 0» el año pasado, donde estaba el pollo y otras carnes.
Esta tendencia hacia la oligopolización y el aumento de las importaciones de pollo como se muestra en la siguiente gráfica,amenaza con estrangular la diversidad y la competencia en la industria.
Estas medidas mantienen presión en todo el sector, pero especialmente en los pequeños y medianos productores, ya que tienen una estructura de costo menos eficiente que los que han podido dar el salto tecnológico de automatizar la alimentación, climatizar las granjas y obtener mejores precios en todos los insumos, debido a los volúmenes de compra.
Además, no poseen capital suficiente para resistir los bajos precios de venta por tiempo prolongado y adoptar de manera ágil las nuevas tecnologías, hecho que los aleja cada vez más de la posibilidad de sobrevivir en condiciones de lucha desigual, con los grandes productores, por un lado, y el gobierno
incentivando las importaciones, por otro.
La oligopolización de la industria avícola dominicana no sólo perjudica a los pequeños y medianos productores, sino que también plantea una amenaza para la estabilidad y el crecimiento sostenible del sector en su conjunto.
La falta de reglas claras y protección gubernamental para los productores de manera general, podría conducir a un escenario en el que los grandes productores tengan un control desmedido, lo que podría generar consecuencias no deseadas para el pueblo y el gobierno, con precios que no se correspondan a la estructura de costo, sino al dominio del mercado y la falta de competencia para las mismas grandes empresas que, por el hecho de seguir compitiendo, puedan caer en las irracionalidades egocentristas de los autores, llegando a ejecutar practicas autodestructivas por el solo hecho de seguir superando la competencia.
La necesidad de acción y regulación
Para garantizar un futuro saludable para la industria avícola en la República Dominicana, es necesario que el Gobierno tome medidas para frenar las importaciones y la oligopolización, para así proteger a los pequeños y medianos productores, retomando las mesas de trabajo, que eran costumbre entre el Ministerio de Agricultura como órgano rector de las políticas agropecuarias y los diferente actores como son: otras instituciones públicas afines, grupos empresariales, empresarios, asociaciones representativas de productores y líderes del sector con el objetivo de establecer reglas claras y promover la competencia justa, esto es fundamental para mantener un equilibrio en el sector.
Explorando nuevos mercados de exportación
Es crucial que el gGbierno y el sector privado trabajen de la mano, para explorar nuevas oportunidades de exportación que puedan representar un crecimiento para todos los actores de la industria y seguir ampliando la plataforma de producción nacional.
Estudiar mercados viables de países e islas que no tienen una producción considerable o no son autosuficientes en productos avícolas, estos podrían representar mercados interesantes para la República
Dominicana.
Y así poder identificar, establecer y desarrollar rutas de exportación eficientes hacia nuevos mercados donde podamos ser competitivos. Para lograr esto, se requiere una coordinación efectiva y la creación de estructuras logísticas adecuadas.
Además, la colaboración del sector productivo con el Gobierno para negociar acuerdos comerciales que faciliten la exportación de productos avícolas dominicanos y llevar a cabo los procesos necesarios de adecuación para lograr el objetivo en diferentes etapas.
Inversión en infraestructura logística
Para aprovechar estas oportunidades, la inversión en infraestructura logística es esencial. Esto podría incluir:
Adaptar las instalaciones portuarias, si fuera necesario para el transporte eficiente de productos avícolas y garantizar la sanidad, la calidad y seguridad de los envíos.
Flotilla de embarcaciones: considerar la inversión en una flotilla de pequeñas o medianas embarcaciones para abrir rutas particulares que no estén establecidas comercialmente por las navieras. Esto permitiría llevar nuestros productos agropecuarios, incluyendo huevos y pollos, a destinos específicos de manera más efectiva.
Almacenamiento y distribución: Establecer almacenes y centros de distribución estratégicamente ubicados en los mercados de destino para garantizar un flujo continuo de productos avícolas frescos y de calidad.
Conclusiones
A medida que el sector avícola dominicano experimenta un cambio en su estructura de producción, es fundamental abordar el desplazamiento de los pequeños y medianos productores por las importaciones y la amenaza de la oligopolización. La diversidad y la competencia son esenciales para un mercado saludable y evitar consecuencias negativas a largo plazo.
El Gobierno y los actores de la industria deben trabajar juntos para establecer un entorno que promueva un equilibrio justo y sostenible en la producción avícola del país. Además, la exploración de nuevos mercados de exportación y la inversión en infraestructura logística adecuada, incluyendo la posibilidad de una flotilla propia, son pasos clave para asegurar un crecimiento mutuamente beneficioso para la industria y el país en su conjunto.