«Insomdemia»: la pandemia del insomnio que surgió por el coronavirus
El insomnio es un trastorno bastante común en las personas. Ocurre cuando se tiene problemas para conciliar el sueño o cuando la persona se despierta regularmente antes de lo deseado, a pesar de haber tenido la posibilidad de descansar durante toda la noche. Las causas, los síntomas y la gravedad del insomnio varían de una persona a otra.
Durante la pandemia por el Covid-19, aumentaron mucho más las consultas de pacientes con insomnio, debido a la angustia que genera la situación. Los especialistas médicos advierten que habría que incluir el asunto dentro de la política de salud mental de cada país por el impacto que puede dejar en la población.
La «Academia Americana de Medicina del Sueño» en Estados Unidos había realizado una encuesta el año pasado que reveló que el 20 por ciento de las personas decían tener problemas para dormir en el contexto de la pandemia. La encuesta se repitió 10 meses después en marzo pasado. Esas cifras aumentaron drásticamente.
Aproximadamente el 60 por ciento de las personas manifestó tener problemas de insomnio relacionados con la pandemia, y casi la mitad reveló que la calidad de su sueño había disminuido, a pesar de que las tasas de la infección por coronavirus hayan disminuido en ese país. Las dos causas fundamentales de la “Insomdemia” son los niveles de estrés y ansiedad muy presentes en el contexto actual.
Efectos a largo plazo
Los efectos del insomnio pueden afectar casi todos los aspectos de su vida. Los estudios muestran que el insomnio afecta negativamente el desempeño laboral, afecta la toma de decisiones y puede dañar las relaciones sociales. El insomnio puede afectar el estado de ánimo como problemas para concentrarse; sentirse deprimido, ansioso o irritado. En la mayoría de los casos, las personas con insomnio informan una peor calidad de vida en general.
Este trastorno puede debilitar el sistema inmune, reducir la memoria y la capacidad de atención, hasta aumentar la probabilidad de padecer afecciones crónicas como la depresión, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardíacas. En el caso de las personas mayores de 50 años, dormir menos de seis horas por noche puede incluso aumentar el riesgo de demencia.
Un estudio de la Academia estadounidense de casi 2.500 adultos encontró en sus resultados que personas con problemas para conciliar el sueño en 2002 tuvieron un deterioro cognitivo en 2016.
Específicamente, los problemas derivaron en una memoria episódica, función ejecutiva, lenguaje, velocidad de procesamiento y rendimiento visuoespacial más deficientes.
Recomendación
En una actualización publicada en el Journal of Clinical Sleep Medicine, la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño indicó que, durante la pandemia, la telemedicina fue una herramienta eficaz para el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos del sueño.
Desde la última actualización en 2015, el uso de telemedicina aumentó exponencialmente debido a la pandemia de COVID-19. El creciente número de investigaciones publicadas descubrió que la telemedicina es eficaz para el diagnóstico y el tratamiento de la apnea del sueño como también para la administración de la terapia cognitivo-conductual en el tratamiento del insomnio.