El dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y uno de sus miembros fundadores, Gregorio Malena, abordó en una reciénte intervención en Ojalá el crucial momento de 1973, cuando el profesor Juan Bosch renunció al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) para posteriormente fundar el PLD.

Malena, un testigo de primera mano de la ruptura, subrayó que este quiebre no fue solo un evento político, sino la base sobre la cual se erigieron los pilares de disciplina y mística que hoy el partido debe rescatar.

Recordó renuncia de Juan Bosch del PRD, confirmada en noviembre de 1973, se produjo bajo el argumento de que el partido había cumplido su «misión histórica» y que las luchas internas y el desorden, conocidos como el grupismo, impedían su evolución hacia una organización revolucionaria.

Malena, como uno de los compañeros que siguió la visión del maestro, enfatizó que la acción fue un acto de coherencia ideológica. La salida de Bosch y de la Comisión Permanente del PRD fue la «piedra fundacional» del PLD, naciendo el 15 de diciembre de ese mismo año con una promesa de ser una organización diferente.

Según el análisis de Malena, la gran lección de 1973 fue que la militancia en el PLD debía ser ganada, no heredada. Quienes siguieron a Bosch heredaron la condición de fundadores, pero a partir de ese momento, la membresía se sometería a un proceso formativo riguroso que incluía los Círculos de Estudios y la práctica política constante.

«Esta mística de disciplina y estudio fue el antídoto que Bosch propuso para evitar que el nuevo partido cayera en los mismos vicios que consumieron al PRD, una visión que Malena busca reactivar hoy», explicó.

Malena utilizó la memoria de 1973 para trazar un paralelismo con la situación actual del PLD. Su llamado a la rectificación es un recordatorio de que si Bosch renunció al PRD debido a las deformaciones internas, la dirigencia actual debe evitar que la falta de disciplina y el regreso del grupismo precipiten una nueva crisis histórica.