La era del envase

25-05-2023
Política
Ojalá, República Dominicana
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Estamos viviendo lo que podríamos llamar la“Era del Envase”, cuya ideología se sustenta en la apariencia y usa como canales los medios de comunicación, sobre todo las redes sociales. Ya no somos lo que somos, sino lo que creemos y proyectamos que somos.

Somos importantes en la medida en que nos damos a conocer. Nuestra imagen es lo que debemos proyectar y promocionar y para ello se tienen que usar los recursos que más llaman la atención en este tiempo: la banalidad, lo insustancial, lo vulgar. La “era del envase” nos robó la imaginación. Todo se enseña y se dice y cuanto más vulgar, mucha más fama consigues. 

En el ámbito de la política, podemos notar cómo en las vallas publicitarias lo más grande y llamativo no es el contenido, las ideas, sino la imagen del político que quiere venderse. Y, peor aún, la imagen no se corresponde con la realidad física del candidato. Este fue preparado para impactar con su imagen, no con sus ideas e innovaciones, lo cual resulta una estafa de la llamada “modernidad”. Igualmente sucede con cualquier producto que se quiere promover. Lo más pequeño y lo menos publicitado es el contenido.

La “era del envase” distorsiona la realidad y se juega a la apariencia, lo cual resulta en una realidad insustancial, carente de contenido, pero cargada de imágenes llamativas, engañosas y frágil. Todo el mundo quiere estar en los medios de comunicación, sobre todo virtuales, aunque para ello haya  que hacer el ridículo y apropiarse de la vulgaridad.

Si vas a un restaurant, lo que menos te importa es el menú. Lo importante es el nombre de éste y el que te puedas tomar una foto donde todo el mundo sepa cuál es el lugar, sobre todo si es un lugar a donde van los ricos. Por ello estamos viviendo la era de la apariencia (envase). No todos podemos ser ricos, pero muchos aparentamos ser ricos, aunque paguemos un alto precio por ello. Parecería que las tendencias actuales apuntan a interesarse más por el envase quepor el contenido.

Un buen producto no lo determina el envase, pero indiscutiblemente que lo ayuda a promoverse como imagen mercadológica, aumentando la demanda; pero nunca influirá en su contenido.

El ser humano está sujeto ala dinámica filosófica de“ser y deber ser”, lo cual nos reafirma que no somos lo que creemos que somos, sino lo que realmente somos. Yo no soy como me siento que soy, sino lo que realmente soy.

Pero lamentablemente, estamos viviendo en una era donde lo importante no es cómo soy, sino cómo me veo y me siento.

Esta era del envase nos lleva a la construcción un ser humano vacío de contenido y preñado de apariencias, de simulaciones, de falsedades, las cuales al final lo dejan más desnudo que cuando nació.

Es difícil luchar por construir una nueva ciudadanía en un mundo que apunta al predominio de esta tendencia. Pero, aun así, debemos intentarlo. La familia tiene que recuperar su papel en la formación del nuevo sujeto social. Los padres y madres tenemos que sembrar con el ejemplo, no con el discurso. Solo así construimos un ciudadano innovador, emprendedor, responsable, ético, con un perfil empático, enfocado en la promoción de valores.

No hay nada que siembre más y mejor que el ejemplo. Nuestro mayor patrimonio es la dignidad que les podamos dejar a nuestros hijos.