Ya está oficializado, estamos dentro de un sistema dirigido por una banda de asaltantes protegidos por las formas del sistema.

Hasta que usted lo acepte, pensará que ataca a un gobierno serio con algunas fallitas.  Pero si usted acepta que la realidad es que nos gobierna una mafia que va a profundizar su negocio, que usted tiene que ser creativo porque han logrado cambiar los principios morales… si no lo hace estará haciéndole el juego a las élites.

A las mafias se combate combatiendo, enfrentando. No hay que pedir permiso para salir a enfrentar lo malo.

¿No ve usted que la gente vende sus votos y salen electos narcos y no pasa nada; como que es en la luna que eso está pasando; que no va a afectar el trabajo de uno, que es lo importante?

 Y espere el argumento de que está bien porque los otros lo hacían. 

Hay algo bueno de lo malo que esto se está poniendo. Ya que las masas no tendrían políticos para defenderlos, vamos a empezar a señalar a los dueños este país de verdad. Unas dos docenas entre viejos y nuevos jerarcas y tutumpotes.

Evidenciémoslos, que ellos permiten y se aprovechan de este desastre. Vamos a las raíces. La lucha es  espontánea y ya se prepara. No la dirigen los políticos, sino los cientos y cientos de grupos sociales, las mujeres, los nacionalistas, las Juntas de Vecinos.

El proceso dirá quién terminará dirigiendo.