Décadas en las que transcurren milenios

16-01-2025
Política
Ojalá, República Dominicana
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Comentando la dinámica de la historia, Lenin dice que hay décadas en las que no ocurre nada y semanas en las que transcurren décadas. Pero un planeta que se calienta rápidamente acelera el ritmo de la historia: desde las inundaciones de Valencia hasta los incendios de Los Ángeles, la nueva geología del tiempo histórico exige la renovación de la famosa sentencia de Lenin.

Durante los últimos 11,700 años, la compleja dinámica climática de la Tierra se ha mantenido en equilibrio, proporcionando un entorno estable para la vida con sólo pequeñas fluctuaciones de la temperatura media. Esa era, conocida como el Holoceno, ha llegado a su fin.

En 2024, por primera vez en la historia, las temperaturas medias globales superaron en 1.5 grados los niveles preindustriales, antes de que la quema industrial generalizada de combustibles fósiles empezara a bombear cantidades masivas de carbono a la atmósfera.

A medida que el clima de la Tierra entra en esta nueva fase, podríamos reformular la observación de Lenin: en términos geológicos, hay milenios en los que no ocurre nada, y décadas en las que transcurren milenios.

La era del Holoceno fue precedida por cambios drásticos y rápidos en el medio ambiente de la Tierra. Durante 300 años, la última era glacial llegó a su fin de forma abrupta cuando la temperatura global aumentó 2.5 grados, desencadenando un proceso que vio subir el nivel del mar casi 80 metros.

Estos rápidos cambios coronaron unos 7,000 años precedentes de calentamiento más lento —unos 7 grados en total—, junto con una subida de 40 metros del nivel del mar, según revelan los datos de los núcleos de hielo de la Antártida.

Los cambios en nuestro planeta provocados por la quema de combustibles fósiles están a punto de ser igual de dramáticos, si no más. Ya hemos aumentado la temperatura media 1.5 grados en sólo 125 años, y las emisiones de CO2 aumentan año tras año.

Este calentamiento está acelerando efectos encadenados: el aumento del nivel del mar sigue a la subida de las temperaturas a medida que se derrumban las capas de hielo.

Según las últimas investigaciones científicas, el colapso rápido e irreversible de las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártida Occidental se hace «probable» si las temperaturas superan constantemente los 1,5 grados.

La Tierra ha experimentado niveles del mar más altos que los actuales. Hace unos 125,000 años, el nivel del mar era entre seis y nueve metros más alto. Durante parte de este periodo interglaciar, el nivel del mar subió tres metros por siglo.

Tres metros de subida del mar en la actualidad podrían sumergir Nueva York, Shanghai, Osaka y Río de Janeiro. 13 puertos de superpetroleros de gran tráfico corren un «grave riesgo» con sólo una subida del nivel del mar de un metro.

Según las investigaciones más recientes de la Iniciativa Internacional sobre el Clima y la Criosfera, la subida de un metro del nivel del mar es ya inevitable en el plazo de un siglo y podría producirse ya en 2070 con el colapso de la capa de hielo.

Estos cambios planetarios masivos repercuten inevitablemente en la historia de la humanidad.

Vivimos una época de inmensas convulsiones: desde la caída de Assad hasta el fallido autogolpe de Estado en Corea del Sur, pasando por los ataques de Donald Trump contra Groenlandia, México, Panamá y Canadá antes de tomar posesión de su cargo.

El ritmo vertiginoso de la agitación geopolítica y el temor existencial al colapso climático pueden hacernos sentir impotentes. Sin embargo, aunque no podemos detener la aceleración de la historia, sí podemos actuar dentro de ella. Las cosas no seguirán, ni pueden seguir, igual.

Sin grandes esfuerzos coordinados para desmantelar las estructuras de dominación, opresión y acumulación que definen nuestro mundo, las cosas empeorarán. Pero en esta era de incertidumbre, las acciones colectivas de las personas y sus organizaciones importan profundamente.

Aquí encontramos nuestra tarea para 2025 como Internacional Progresista: profundizar, fortalecer y conectar esos esfuerzos democráticos para que, independientemente de cómo cambie nuestro planeta, seamos capaces de vivir con seguridad y dignidad en él.

En solidaridad,

El Secretariado de la Internacional Progresista.