Sumisión versus adaptación

16-07-2025
Política
Ojalá, República Dominicana
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La Real Academia Española define el vocablo sumisión en tres acepciones:

1. Sometimiento de alguien a otra u otras personas.

2. Sometimiento del juicio de alguien al de otra persona.

3. Acatamiento o subordinación manifiesta con palabras o acciones.

Entre sus sinónimos figuran: sometimiento, acatamiento, subordinación, obediencia y rendición.

Durante mi residencia en Estados Unidos en la década de los setenta del siglo pasado, visité la capital dominicana de vacaciones.

Una mañana, mientras recorría con mi cámara fotográfica la orilla occidental del río Ozama, llamó mi atención la construcción de casas semejantes a cuevas en las pendientes de los terrenos cuyas cañadas desembocaban en el río.

Aquel paisaje me evocó los nidos del pájaro Barrancolí (Todus todus en taxonomía). Intrigado por las condiciones de vida, pregunté cómo los habitantes realizaban sus necesidades fisiológicas. Me explicaron que se colocaban cerca de las cañadas, cerraban los ojos y así evacuaban.

Al regresar, por coincidencia, escuché una canción del fenecido Johnny Ventura que decía: “Porque a todo se acostumbra uno”. Fue entonces cuando comprendí los 31 años de dictadura que sufrió el pueblo dominicano bajo el régimen de Trujillo.

El Homo sapiens es un animal de costumbres; de ahí surgen la cultura y las tradiciones que distinguen a las poblaciones del mundo. Países con tradición democrática, como el Chile de los años sesenta, pasaron abruptamente a ser gobernados por regímenes autoritarios, como el de Augusto Pinochet.

El mundo occidental está montado en una ola de miedo e inestabilidad social que poco a poco va envolviendo las diferentes capas sociales que conforman los distintos países cuyas economías dependen del comercio con los Estados Unidos de Norteamérica.

El presente estilo de gestión gubernamental de los vecinos norteños basado en la imposición de crecientes tarifas arancelarias a las importaciones, tiende a generar ansiedad y preocupación en muchos gobiernos.

Si a ello le agregamos la aplicación concreta de las leyes migratorias a millones de trabajadores extranjeros sin un estatus legal, entonces sobran los motivos para estar más que preocupados.

Sin embargo, poco a poco la gente empieza a adaptarse a la nueva situación ajustando las expectativas a la realidad del presente.

Nada es eterno; todo cambia. El niño deviene adolescente, el adulto envejece y finalmente muere. Entender esta dinámica es crucial, tanto individual como colectivamente. Aunque el pasado ilumina el presente, el futuro será distinto.

Avanzamos en el tiempo y el espacio, modulando nuestra visión a corto, mediano y largo plazo.

Nos adaptamos, como reza el refrán: “Soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie”. No es sumisión ni costumbrismo: es resiliencia. Sobrevivimos, avanzamos con la brújula que marca nuestro norte, hasta el final de nuestros días.