Sentí vergüenza ajena con la participación de la regidora Núñez

10-09-2024
Política
Ciudad Oriental
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No puedo negar que, como mujer, me sentí avergonzada por la penosa participación de una regidora del PRM, quien, en la anterior administración municipal, demostró que el cargo de secretaria general del Ayuntamiento de Santo Domingo Este le quedó grande.

Yo, como mujer, esperaba que esos cuatro años de tropiezos le sirvieran para aprender a desarrollar un mínimo de empatía hacia la comunidad.

Sin embargo, en la sesión ordinaria del jueves 5 de septiembre, tomó la palabra para adular a un diputado por plagiar, como si fuera una novedad, un proyecto que anteriormente habían presentado dos diputados de ese mismo partido.

Además elogió con mayor vehemencia otro proyecto presentado por el nuevo diputado que colapsaría el sistema de obras municipales y les otorgaría a los 158 ayuntamientos del país la función de simples instituciones clientelares.

La regidora Núñez, quien nunca ha tomado la palabra para defender a los centenares de empleados que han sido despedidos por el actual alcalde, ni siquiera ha alzado su voz en la sala capitular para pedirle a su alcalde, Dioris Anselmo Astacio Pacheco, que detenga el acoso y maltrato hacia los obreros que se encargan de retirar la pestilente basura de los contenedores poniendo en riesgo su vida y hasta su salud.

Tampoco hemos visto a la regidora Núñez solicitar al alcalde que permita que los empleados del Ayuntamiento y de la comunidad de Ralma cuenten con un hospital de calidad. Los moradores de Ralma prefieren servicios de salud de calidad en lugar de aumentar la burocracia y los gastos con un director municipal y varios vocales.

La regidora Núñez ni siquiera defendió a su jefe político cuando el actual alcalde humilló al señor Manuel Jiménez al someter un estado de emergencia, amparándose en la mala gestión de su jefe político. No tuvo siquiera la dignidad de abstenerse de votar en contra de esa medida que perjudicó a su supuesto líder.

La señora Núñez no ha usado su poder fiscalizador para velar por los espacios públicos que el actual alcalde ha secuestrado, con criaderos de ratas que obstaculizan las vías.

Entiendo, por un lado, que la señora Núñez pueda sentir vergüenza al defender la gestión anterior. También comprendo que, con su gran oratoria y capacidad de exponer lo que siente, no salga en defensa del señor Jiménez.

Sin embargo, tomar la palabra para defender un proyecto de ley que reduce en un 25% la inversión de los ayuntamientos a nivel nacional es una traición contra los munícipes de los 158 ayuntamientos del país. Pero lo más indignante es cuando elogia la parte de ese proyecto que pretende aumentar en un 60% el actual tope de la nómina.

Es decir, quiere que los ayuntamientos se conviertan en agencias clientelistas al servicio de la voracidad partidaria que hoy gobierna el país.

Según el artículo 21 de la Ley 176-07, el tope máximo en nómina (empleados y “botellas”) es del 25% del presupuesto. Ahora quieren aumentarlo al 40%, lo que representa un incremento del 60%.

La ley establece que el gasto en inversiones debe ser del 40%, pero se pretende reducirlo al 30%. Para esta regidora, parece ser mejor priorizar el desorden y el aumento de «botellas» en el ayuntamiento que las obras de beneficio para la comunidad.

Ese mismo artículo prevé actualmente un 31% para la realización de actividades y el funcionamiento y mantenimiento ordinario de los servicios municipales de su competencia, y un 4% en educación, género y salud, sumando el 100% de los gastos. Sin embargo, en la nueva propuesta que la regidora elogió, hay un descuadre del 5%.

Con estas dos propuestas indecentes del diputado discípulo de Manuel Jiménez y la defensa apasionada que hizo la regidora Núñez de estas propuestas, llegamos a la conclusión de que Manuel Jiménez fue un pésimo maestro o simplemente lo usaron como un peldaño político para luego desecharlo como un mueble viejo.

De lo único que estoy segura es que las declaraciones de la regidora Núñez confirman que el desorden no comenzó cuando él se fue; ya estaba presente desde su propia administración.