Ultraderecha obtiene histórica victoria en Francia y amenaza con la mayoría absoluta en la segunda vuelta
La Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen ha conseguido una victoria contundente e inédita en la primera vuelta de las legislativas en Francia con el 33.15% de los votos junto a sus aliados conservadores, según el Ministerio del Interior que ha publicado este lunes los resultados provisionales.
La coalición de izquierdas del Nuevo Frente Popular (NFP) ha obtenido el 27,99% de los sufragios y se constituye así en la segunda gran fuerza política, por delante de la mayoría saliente del presidente, Emmanuel Macron, que es la gran perdedora de los comicios con el 20.04%.
Los Republicanos, el partido de la derecha clásica, que ha saltado por los aires a causa del pacto de su presidente, Éric Ciotti, con RN, se ha quedado con un 6,57% de forma aislada y con el 10,23% si se le suman los votos de otros candidatos también de derechas.
En esta primera vuelta, en que la participación ha alcanzado un nivel particularmente elevado del 66,71%, ya han resultado elegidos 37 diputados de RN, 32 del NFP, dos del bloque macronista y tres para LR y sus aliados.
De cara a la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo, RN y sus asociados van a disputar 485 circunscripciones de las 577 que hay, y sus candidatos acabaron en la primera vuelta en primera posición en 297 de ellas.
Eso da una idea del potencial de la extrema derecha, que todos los institutos demoscópicos preludian que será, con mucha diferencia, el primer grupo político en la próxima Asamblea Nacional.
La cuestión que está abierta es si será con mayoría absoluta, es decir con al menos 289 escaños, que es la condición que ha puesto Le Pen y su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, para formar Gobierno.
Muchos de esos escaños en la segunda vuelta se dirimirán en principio en duelos entre tres aspirantes, pero Jean-Luc Mélenchon ya ha anunciado que los candidatos de izquierda que hayan quedado terceros se retirarán. Estas posibles retiradas estratégicas de ciertos candidatos para evitar la victoria de otros pueden ser decisivas en algunas circunscripciones.
«En todas las circunstancias nuestra consigna es clara: ni un voto de más para el RN, ni un escaño de más para el RN», ha afirmado Mélenchon tras anunciar la retirada de sus candidatos en la segunda vuelta si eso ayuda a que no salga elegido un aspirante de la ultraderecha.
Macron llama a la unidad contra la ultraderecha
La victoria de la formación que lidera Le Pen generó un inmediato llamamiento de Macron en un comunicado para formar rápidamente «una amplia unión claramente democrática y republicana para la segunda vuelta», a fin de frenar a la ultraderecha.
Las palabras de Macron se interpretaron como una consigna para que los candidatos que se hayan clasificado en tercera posición en las diferentes circunscripciones se retiren y pidan el voto para evitar el triunfo de los de la ultraderecha.
El primer ministro, Gabriel Attal, reiteró el mensaje de Macron de que ahora de lo que se trata es de «impedir a RN que tenga una mayoría absoluta» con «su proyecto funesto».
«La lección de esta noche es que la extrema derecha está a las puertas del poder», dijo en una declaración desde la sede del Gobierno, antes de subrayar: «Si queremos estar a la altura del destino francés, hay que evitar que ocurra lo peor».
En la misma línea, el expresidente socialista François Hollande, jefe del Estado entre 2012 y 2017, reclamó «una unión «lo más amplia posible» para que todos los electores, «más allá de la izquierda», defiendan así los valores de la República Francesa.
Hollande, que ha vuelto a la política activa y se ha situado a la cabeza de su circunscripción para disputar la segunda vuelta, consideró que Macron «parece haberse desvanecido» y que la que ha sido su mayoría «está hecha jirones».
En cambio, el partido conservador Los Republicanos (LR), que ha saltado por los aires a causa de la alianza con el RN de su presidente, Éric Ciotti -quien en la práctica lo ha abandonado-, no quiere decantarse por ninguno de los dos grandes bloques, la extrema derecha y la izquierda.
La participación alcanzaba este domingo el 66%, la cifra más elevada en una primera vuelta en elecciones legislativas desde 1981, en una muestra del gran interés que han generado esta convocatoria anticipada entre los franceses
Le Pen reclama una «mayoría absoluta»
Para la ultraderecha, que ya había ganado las dos últimas elecciones europeas pero jamás unas legislativas, se abre ahora la posibilidad de llegar al Gobierno con el mayor grupo parlamentario, mientras que en la Cámara saliente tenía únicamente 89 escaños.
La victoria del RN en este sentido es «inapelable», según dijo su candidato a primer ministro, Jordan Bardella, que pidió una movilización para lograr la mayoría absoluta en la segunda vuelta.
Marine Le Pen, ante unos enfervorecidos seguidores en su feudo electoral de Henin-Beaumont (norte), solicitó el voto el 7 de julio para lograr esa mayoría absoluta y que Macron no tenga otro remedio que nombrar a su delfín como el próximo jefe de Gobierno.