Decenas de miles de personas se manifestaron este domingo en Israel en contra del gobierno de Benjamin Netanyahu, al que acusan de no haber hecho lo suficiente para conseguir la liberación de los rehenes retenidos por Hamás.

El fin de semana las Fuerzas de Defensa Israelí recuperaron los cadáveres de seis de los rehenes que estaban en un un túnel bajo la ciudad de Rafah.

Las protestas fueron en su mayoría pacíficas, pero algunos manifestantes rompieron las líneas policiales y bloquearon una importante autopista de Tel Aviv. Otros prendieron fuego a la carretera y colocaron cintas amarillas en señal de solidaridad con los rehenes.

«Esperamos que quienes toman las decisiones despierten», dijo Eli Shtivi, cuyo hijo Idan es uno de los rehenes que permanecen en Gaza.

A las protestas le sigue una huelga general donde se han cerrado miles de negocios, escuelas, universidades y ministerios gubernamentales. También está causando gran retraso en los aeropuertos.

La indignación contra Hamás es un hecho. Pero estas protestas se dirigen al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, al que se acusa de bloquear un acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes para priorizar su propia supervivencia política personal.

Netanyahu lo rechaza. Dice que es Hamás el que está bloqueando un acuerdo e insiste en que serán perseguidos y llevados ante la justicia.