Lula: «Es momento de tomar en serio las advertencias científicas»
Elpresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inauguró la Cumbre del Clima, en Belém, instando a los países a tomar medidas concretas para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, una meta establecida en el Acuerdo de París firmado hace 10 años.
«En un contexto de inseguridad y desconfianza mutua, los intereses egoístas inmediatos prevalecen sobre el bien común a largo plazo», dijo.

«En 2024, la temperatura media de la Tierra superó, por primera vez, un grado y medio por encima de los niveles preindustriales. La ciencia señala que este aumento persistirá durante algún tiempo o incluso décadas, pero no debemos renunciar al objetivo del Acuerdo de París», afirmó Lula ante una audiencia de representantes internacionales, incluidos decenas de jefes de Estado y de gobierno presentes en la COP30 en la ciudad amazónica de Belém, en el estado de Pará.
El evento precede a la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), programada del 10 al 21 de noviembre. Su objetivo es actualizar y fortalecer los compromisos multilaterales para enfrentar la urgente crisis climática.
«El informe de emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que el planeta se calentará dos grados y medio más para el año 2100. Según la Hoja de Ruta de Bakú-Belém, las pérdidas humanas y materiales serán significativas. Más de 250.000 personas podrían morir cada año, y el PIB mundial podría disminuir hasta un 30%,» declaró el mandatario.
«Por eso, la COP30 será la cumbre de la verdad. Es momento de tomar en serio las advertencias científicas, de enfrentar la realidad y decidir si tendremos el coraje y la determinación necesarios para transformarla», añadió.
Lula fue aplaudido al abogar por acelerar la transición energética y proteger la naturaleza como las dos maneras más efectivas de frenar el calentamiento global.
«Estoy convencido de que, a pesar de nuestras dificultades y contradicciones, necesitamos hojas de ruta para revertir la deforestación de forma justa y sistemática, superar nuestra dependencia de los combustibles fósiles y movilizar los recursos necesarios para alcanzar estos objetivos», afirmó.
En la práctica, la Cumbre del Clima busca fortalecer políticamente las negociaciones que se llevarán a cabo durante las próximas dos semanas de la COP. Cada año, un país acoge la reunión, cuya misión principal es buscar formas de aplicar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Este documento fue adoptado por varios países en 1992, en una conferencia celebrada en Brasil, la ECO92. Desde entonces, el objetivo general ha sido estabilizar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
En su discurso, Lula recordó este proceso histórico y defendió la necesidad de reducir la brecha entre lo que sucede en los salones diplomáticos y la vida cotidiana de las personas.
«Puede que las personas no comprendan qué son las emisiones o las toneladas métricas de carbono, pero sienten la contaminación. Quizás no entiendan qué son los sumideros de carbono o los reguladores del clima, pero valoran los bosques y los océanos. Tal vez no conozcan bien la financiación en condiciones favorables o mixtas, pero saben que nada se logra sin recursos. Pueden no captar la importancia de un aumento de 1,5 °C en la temperatura global, pero experimentan sequías, inundaciones y huracanes. La lucha contra el cambio climático debe ser central en las decisiones de todos los gobiernos, empresas y ciudadanos», declaró.
Justicia climática
El mandatario también habló sobre la desconexión entre el contexto geopolítico actual y la emergencia climática. «Las rivalidades estratégicas y los conflictos armados desvían la atención y consumen recursos que deberían destinarse a combatir el calentamiento global. Mientras tanto, la ventana de oportunidad que tenemos para actuar se está cerrando rápidamente», señaló.
El jefe de Estado destacó además la necesidad de abordar el cambio climático considerando simultáneamente un desarrollo sostenible y equitativo para las sociedades. Según él, no se podrán contener los desastres climáticos sin superar las desigualdades tanto dentro de los países como entre ellos. «La justicia climática es un aliado en la lucha contra el hambre y la pobreza, el racismo, la igualdad de género y la promoción de una gobernanza mundial más representativa e inclusiva», afirmó.
Pueblos tradicionales
Lula también agradeció a los trabajadores involucrados en la organización de la COP en Belém sus esfuerzos por superar la desconfianza, y mencionó la mitología indígena yanomami, según la cual los ataques a la selva provocarán el colapso del planeta.
«Entre los indígenas yanomami que habitan la Amazonia, existe la creencia de que corresponde a los seres humanos sostener el cielo para que no caiga sobre la Tierra. Esta perspectiva nos da una medida de nuestra responsabilidad con el planeta, especialmente con los más vulnerables», destacó.
El líder brasileño resaltó la necesidad de que los países adopten un «nuevo modelo de desarrollo más justo, resiliente y con bajas emisiones de carbono». Finalmente, manifestó su esperanza de que esta cumbre «ayude a ampliar nuestras perspectivas más allá de lo que observamos actualmente».