España pondrá a prueba la semana laboral de cuatro días
A principios de este año, el partido de izquierda Más País anunció que el Gobierno había aceptado su propuesta de probar la idea. Desde entonces se han mantenido conversaciones, y se espera que la próxima reunión tenga lugar en las próximas semanas.
«Con la semana laboral de cuatro días (32 horas), nos lanzamos al verdadero debate de nuestro tiempo», dijo en Twitter Íñigo Errejón, de Más País, a principios del pasado mes de febrero. «Es una idea a la que le ha llegado su hora», aseguró.
De acuerdo con el diario británico The Guardian, aunque los detalles exactos del proyecto piloto se concretarán con el Gobierno español, Más País ha propuesto un proyecto de tres años y 50 millones de euros que permitiría a las empresas probar la reducción de horas con un riesgo mínimo. Los costos de la incorporación de una empresa a la semana laboral de cuatro días, por ejemplo, podrían cubrirse al 100% el primer año, al 50% el segundo y al 33% el tercero.
«Con estas cifras, calculamos que podrían participar unas 200 empresas, con un total de entre 3.000 y 6.000 trabajadores», apuntó Héctor Tejero, de Más País. «Queremos que haya una verdadera reducción de la jornada laboral y que no haya pérdida de salario ni de puestos de trabajo», añadió.
El partido ha sugerido que el piloto sea guiado por un panel de expertos, que incluya representantes del Gobierno, de los sindicatos y de los lobbies empresariales, que también ayudará a analizar los resultados.
Puesta en marcha y un ejemplo a seguir
Tejero estimó que el piloto podría ponerse en marcha ya en otoño, dando paso a la primera iniciativa nacional de reducción de la jornada laboral desde que Francia empezó a avanzar hacia la limitación de la semana laboral a 35 horas en 1998. «España será el primer país que emprenda una prueba de esta envergadura», dijo Tejero. «Un proyecto piloto como éste no se ha emprendido en ningún lugar del mundo», precisó.
Lo que Más País espera es un eco de la experiencia de Software Delsol, la empresa del sur de España que el año pasado se convirtió en la primera del país en implantar una semana laboral de cuatro días. «Vieron una reducción del absentismo, la productividad subió y los trabajadores dicen que están más contentos», resume Tejero.
Desde Nueva Zelanda hasta Alemania, la idea ha ido ganando terreno a nivel mundial. Aclamada por sus defensores como un medio para aumentar la productividad, mejorar la salud mental de los trabajadores y luchar contra el cambio climático, la propuesta ha adquirido un nuevo significado a medida que la pandemia agudiza las cuestiones relacionadas con el bienestar, el agotamiento y la conciliación de la vida laboral y familiar.
ee (TheGuardian/Twitter)https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.447.1_es.html#goog_1669121843Volume 90%