EEUU es una amenaza para la paz mundial y para sus propios ciudadanos estima el politólogo Noam Chomsky
Imposibilitado de imponer dictados unilaterales a la comunidad internacional, Estados Unidos es una potencia en declive que genera amenazas a la paz mundial y a su propia ciudadanía, estimó el politólogo Noam Chomsky.
En conversación con el economista político C. J. Polychroniou para el servicio de noticias para periodismo independiente, Truthout, el también lingüista ponderó que el deterioro estadounidense se debe sobre todo a golpes internos.
Los temores de occidente ante la consolidación de fuerzas influyentes a nivel internacional como Rusia y China, señaló Chomsky, son de larga data y en el caso de Moscú se remontan a 1917, cuando los bolcheviques arrebataron el poder del país al zarismo.
Los bolcheviques gozaban de la simpatía del proletariado de todos los países, advirtió en aquellos años el titular del Departamento de Estado de Estados Unidos, Robert Lansing, al presidente Woodrow Wilson, subrayó el politólogo y académico del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Durante décadas los gobiernos estadounidenses mantuvieron su preocupación ante la presencia rusa en el panorama mundial, agregó Chomsky, y advirtieron que los bolcheviques amenazaban la prevalencia mundial del sistema capitalista.
En la frontera occidental, Washington defiende sus intereses al expandir la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a la frontera con Rusia, mientras que en la frontera oriental instala un círculo de estados centinelas para rodear a China, apuntó.
«El resultado de esto es que China tenga mayores incentivos para atacar a Taiwán con el fin de romper ese cerco y tener acceso abierto a los océanos», añadió.
En su momento, el entonces jefe de Estado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Mijaíl Gorbachov, también impulsor de la Perestroika, propuso un hogar europeo común basado en la cooperación y no en el conflicto que extendiera la paz desde Lisboa, Portugal, hasta Vladivostok, el extremo oriental ruso en contacto con Corea del Norte, sin embargo fue Estados Unidos quien se opuso a esa posibilidad, recordó Chomsky.
La operación militar especial que inició el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en Ucrania desde febrero de 2022 ha dejado claro que Europa está adscrita a la doctrina de la Alianza Atlantista y que ha adoptado el objetivo de Washington de debilitar a Rusia de manera severa, a costa de la propia Ucrania y de quien corresponda, apuntó el lingüista.
No obstante, sin integración la Europa dependiente de Alemania decaerá, calculó el politólogo, y Rusia impulsará un desarrollo eurasiático amparado en sus amplios recursos naturales que centre su estrategia en China.
Además, describió, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como Nueva Ruta de la Seda, con la que China desarrolla infraestructura en decenas de países para fortalecer el intercambio económico, podría expandir sus canales hasta África e inclusive América Latina, detalló Chomsky.
Las economías que renuncian a estas oportunidades estarían pagando un precio muy alto a cambio de alinearse con los intereses estadounidenses, calificó.
Acerca de la relación entre Moscú y Pekín, el analista estima que Rusia buscará mantener su independencia entre la OTAN y los sistemas globales que ubican a China en el centro, algo ante lo que probablemente se inconforme el gigante asiático, pues buscará tener a Rusia como subordinado, proveedor de materia prima, armamento avanzado y talento científico, entre otros factores.
En cuanto al papel de la India, Chomsky considera que el país tiene que enfrentar sus problemas internos, vinculados a la pobreza de la población, la escasez de agua y el calentamiento, además de contrapesar entre sumarse a Estados Unidos como una frontera amenazante contra China, cooperar con el país asiático y mantener sus reservas ante un acercamiento entre Moscú y Pekín.
La crisis de Estados Unidos es principalmente interna, un país con la mortandad más alta entre las naciones con riqueza comparable, señaló el lingüista, mientras hay proyectos para destruir fundamentos de la democracia desde el siglo XIX, hacia la creación de un sistema civil apolítico.