De inmediato ha surgido la duda de si esta policía dejará de existir, al menos como se le conoce actualmente. El cuerpo está bajo control del ministerio del Interior, no de Justicia y, además, el fiscal añadió que se seguirá monitoreando el comportamiento de las mujeres y que el uso del velo es una de sus principales preocupaciones. 

A lo largo de los 43 años de la República Islámica han existido varias instituciones que se han encargado de que las mujeres no rompan las reglas de vestir. Gasht-e Ershad, creada en 2006, es la más reciente.

Algunos medios conservadores afirman que las palabras de Montazeri se han “malinterpretado”. El ministerio del Interior, además, guarda silencio.

En todo caso, las declaraciones del fiscal demuestran que el debate sobre el velo domina, hoy más que nunca, la escena política. Algunos altos clérigos en Qom están a favor de que el Estado no se pronuncie sobre el comportamiento de las mujeres, pero otros más radicales sostienen que debe seguir haciéndolo. Lo mismo sucede en el campo político.

Montazari asegura que la justicia trabaja en un borrador para hacer “arreglos” a cómo las autoridades deben imponer el uso del velo o hiyab. “A raíz de los recientes acontecimientos, los cuerpos relevantes están buscando una solución prudente”, aseguró el fiscal. También puntualizó que el Parlamento y el Consejo Supremo de la Revolución Islámica tomarán una decisión en 15 días.

El fallecimiento de Mahsa Amini –que muchos en Irán atribuyen a los golpes que recibió bajo custodia– despertó el volcán de las protestas sociales que, esta vez, a diferencias de casos anteriores, las han liderado las mujeres jóvenes que han crecido conectadas la internet y que no están dispuestas a dejar que el sector religioso, mayoritariamente masculino y entrado en años, les robe su futuro.

El ministerio del Interior no ha confirmado el cierre del cuerpo que impone el uso del velo

Mahsa es un símbolo de la violencia a la que están sometidas las iraníes desde la revolución de 1979, cuando el Estado impuso cómo tienen que vestirse; siempre con una gabardina que tape el cuerpo y un velo que cubra una parte, por lo menos, de su cabello.

Las protestas arrancaron el 17 de septiembre. De Teherán se han extendido a más de 400 poblaciones. El régimen reconoce que ha habido 200 muertos, pero la ONU los eleva a más de 300.

El fiscal afirma que en 15 días el Consejo de la Revolución dictará las nuevas normas de conducta

Al eslogan “mujer, vida y libertad” se unió al de “muerte al dictador”, un claro desafío a las autoridades a las que no les tiembla la mano para matar a jóvenes, mujeres y hombres, a los que llama “vándalos”. Más aún, que no tienen vergüenza a la hora de hacer creer que sus muertes son suicidios o que han sido orquestadas por los enemigos de Irán.

“Yo no creo que vuelvan a sacar a la calle a los policías de la moral, la gente los atacará”, afirma Golnar, que desde hace semanas sale sin velo. Aun así, no está convencida de que la República Islámica abandone la imposición del velo. Para algunas, sin embargo, esta regla ya es pasado.