Un 16 de mayo murió la psicóloga de la percepción visual con importantes contribuciones en el campo de la publicidad Anna Berliner (1881-1977).

Anna Meyer nació el 21 de diciembre en Halberstadt (Alemania) en el seno de una familia judía. Empezó medicina en Friburgo y luego fue a Berlín donde asistió al instituto de psicología.

En 1910 se casó con el físico Siegfried Berliner quien obtuvo una plaza en la universidad de Leipzig. Quiso seguir sus estudios allí, pero a las mujeres no se les permitía estudiar en el famoso laboratorio de Wundt. Anna no se dejó disuadir y consiguió ser admitida y se convirtió en 1914 en la única con un doctorado con Wundt.

Entonces se mudaron a Tokio. Aprendió japonés, trabajó aplicando sus conocimientos de percepción visual a la psicología de la publicidad y fue admitida en la Universidad Imperial. Tras estallar la guerra en 1914 su marido fue internado como prisionero de guerra en el campo de Bandō. Ella fue deportada a EEUU.

Estuvo primero en la Universidad de Berkeley de California y luego con una beca en la Universidad de Columbia en Nueva York. Trabajó como psicóloga e investigadora en el Asilo de Huérfanos Hebreo.

En 1920 su marido fue liberado y regresó a Japón. En 1925 volvieron a Alemania y, trabajó en el Instituto de Psicología de Leipzig.

En 1936 huyeron a EEUU donde impartió clases de japonés para adultos en la Universidad Estatal de Ohio, tradujo sus trabajos para la Universidad de Chicago y enseñó psicología en el Northern Illinois College of Optometry, pero sin puesto fijo. Investigó sobre los principios de la psicología visual centrándose en la influencia de factores más allá del objeto de la visión, como las necesidades fisiológicas y el campo psicológico.

En 1949 se mudaron a Forest Grove, Oregón, y estuvo de profesora y jefa del Laboratorio de Psicología de la Pacific University.

En 1963 fue nombrada miembro vitalicio del Consejo Internacional de Psicólogos y en 1971 recibió el Premio Apollo de la Asociación Estadounidense de Optometría.