WWF revela que muy pocos países están en vías de restaurar la naturaleza hasta el 2030
Una revisión de las Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés) de los países, realizada por WWF, revela que la mayoría no están cumpliendo plenamente sus compromisos de detener y revertir la pérdida de la naturaleza al 2030.
Hace casi dos años, en la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad en Montreal, 196 países adoptaron el Marco Mundial para la Biodiversidad (GBF, por sus siglas en inglés) en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU.
En un primer paso para implementar el acuerdo histórico, los gobiernos se comprometieron a presentar planes de acción nacionales revisados en la reunión posterior, la COP16 en Cali, Colombia.
A pocas semanas de la conferencia, sólo 20 NBSAP han sido revisados y alrededor de 60 objetivos nacionales publicados.
Esta baja cantidad de presentaciones y su calidad preocupan profundamente a WWF.
“Sabemos que el cambio no es fácil y que los países se enfrentan a desafíos como la falta de financiamiento y datos, y la inestabilidad política, pero existe una brecha preocupante entre lo que se prometió en Montreal y los planes que se han puesto en marcha hasta ahora para revertir la pérdida de la naturaleza al 2030”, afirmó Bernadette Fischler Hooper, Directora de Incidencia Global de WWF.
“Las estrategias nacionales son el punto de partida para restaurar la naturaleza y construir mejores vidas y futuros. WWF insta a los gobiernos que aún no lo han hecho, a iniciar sus planes de acción nacionales para la biodiversidad y, a los que ya lo hicieron, a acelerar el cumplimiento de esos objetivos y proveer más apoyo a otros países”.
Con tan solo el 10% de los países presentando planes de acción nacionales desde la COP15, la Herramienta de Evaluación de NBSAP de WWF también evalúa los objetivos nacionales publicados por el 33% de los gobiernos. El hecho de que sólo un pequeño número de estos haya cumplido con su obligación es una señal alarmante.
El caso de Chile
Respecto a este tema, Chile se encuentra en el proceso de actualizacion de sus NBSAP, proyectando una consulta ciudadana del borrador de éstas para el 2025. En este contexto, WWF Chile entregó sus recomendaciones para al menos seis metas: Meta 2 de restauración efectiva; Meta 3 de conservación y gestión eficaz mediante sistemas de áreas protegidas ecologicamente representadas; Meta 4 para detener la extinción de especies amenazadas conocidas y para la recuperación y conservación de especies; Meta 10 para que la agricultura, la acuicultura, la pesca y la silvicultura se gestionen de manera sostenible; Meta 16 para promover consumo sostenible; y Meta 19 de aumento de recursos financieros para la biodiversidad.
Falta de ambición
“Hay varias razones para estos malos resultados”, explicó Fischler. “La falta de ambición para realizar las revisiones es una de ellas, pero otros países simplemente no tienen los recursos. Sin embargo, es alentador ver que algunos planes y objetivos nacionales son sólidos y definen acciones claras, aunque la mayoría aún carece de fondos suficientes para su implementación”..
En lo que respecta a la calidad de los planes que se han publicado, muchos parecen omitir formas claras y consistentes de medir el progreso. Sin esto, podríamos ver una falta de rendición de cuentas durante la implementación de los planes, lo que ha sido una de las fallas clave de las Metas de Aichi del 2011 al 2020.
Otro problema generalizado es la participación ineficaz de todos los organismos gubernamentales. Los ministerios de medio ambiente por sí solos no pueden implementar las transformaciones que se requieren en toda la sociedad; es necesaria la participación de todos los sectores económicos y gubernamentales.
El riesgo es que los planes no cuenten con la influencia política necesaria durante los próximos cinco años, especialmente si se trata de redireccionar los 500 mil millones de dólares anuales en subsidios perjudiciales para la naturaleza que los países se comprometieron a reducir.
“Resulta prometedor ver, al menos ‘sobre el papel’, que los principios de conservación inclusiva sobre los que se forjó el acuerdo siguen siendo el núcleo del marco durante la implementación a nivel nacional. Los planes se están elaborando en gran medida con base en consultas y la participación de la sociedad civil, la academia, los pueblos indígenas, las comunidades locales y otros titulares de derechos, así como con el sector privado. Y esto está sucediendo más que antes”, explicó Lin Li, Directora de Política e Incidencia de WWF.
“Sin embargo, para esto es fundamental abordar también los factores que impulsan la pérdida de biodiversidad, eliminar el consumo excesivo y reformar los modelos comerciales y financieros perjudiciales que están erosionando los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales”, enfatizó.
“La COP16 debe ser un momento para impulsar las acciones equitativas, promover soluciones y aumentar la acción política para detener y revertir la pérdida de la naturaleza al 2030. Presentar planes de acción nacionales actualizados es el primer paso, y no queremos fallar en el primer obstáculo”, dijo Li. “WWF espera que la Herramienta de Evaluación de NBSAP sea independiente y útil, que ayude a que las políticas de biodiversidad sean accesibles para todos los actores clave antes de la COP16, incluyendo a formuladores de políticas, empresas, titulares de derechos, ciudadanos y organizaciones”.