Ríos dominicanos en riesgo: Vertederos ilegales y lluvias intensifican crisis ambiental
A pocos metros del cauce de varios ríos dominicanos, montañas de basura doméstica y restos de construcción crecen sin control. Se trata de vertederos improvisados que, impulsados por las recientes lluvias, se convierten en una amenaza directa para la salud pública y el medio ambiente.
Desde inicios de mayo, las precipitaciones han sido intensas. Según datos hasta el 18 de mayo y en los últimos cinco días, zonas como Sabana Grande de Boyá (273.7 mm), Bonao (220.3 mm), el Jardín Botánico Nacional (154 mm), San Cristóbal (147.5), Elías Piña (135.2), aeropuerto La Isabela (130), Juma Bejucal (123.3), aeropuerto La Romana (117.8), La Victoria (117.6) y Villa Altagracia (116.5), agua suficiente para movilizar, aún no estén cerca de ellos, gran cantidad de desperdicios hacia las corrientes de agua.
Maddalen Iza, del eltiempo.es, dice que la precipitación, dada en milímetros, puede variar desde 0.2 mm, apenas nada, hasta más de 60 mm en un solo día. Un litro de agua por metro cuadrado es igual a un milímetro de lluvia.

Los desechos contienen altos niveles de bisfenol A (BPA), un compuesto químico utilizado en plásticos, que al exponerse al sol y llegar al agua, contamina de forma inmediata. El riesgo de intoxicación y deterioro ambiental es elevado, especialmente en comunidades cercanas a riberas.
UNA BOMBA DE TIEMPO SANITARIA Y AMBIENTAL:
La situación se agrava por la existencia de 358 vertederos a cielo abierto en el país, según un estudio de 2023 de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Santo Domingo (sin contar los miles y miles que son improvisados). La falta de recursos municipales y la débil recolección de residuos —que solo cubre entre el 75 % y el 85 % del país— ha generado una gestión deficiente, con consecuencias graves.

Don Luis, un residente de Manoguayabo, recuerda: “Hace 70 años el río Haina era cristalino. Hoy está contaminado por industrias, basureros y el abandono estatal. Todo esto termina afectando también el Mar Caribe”.
VIOLACIÓN A LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE:
En ese mismo orden, los Objetivos de Desarrollo Sostenibles 2030 contienen varios puntos que contravienen estas acciones:
1) Fin de la pobreza (no se puede eliminar la pobreza destruyendo los afluentes de agua dulce);
2) Hambre cero (por décadas, los ríos han sido fuente de alimentación);
3) Salud y bienestar (aguas contaminadas de plásticos y cloacas deterioran la salud);
6) Agua limpia y saneamiento (aguas que ni se pueden tomar ni mucho menos ser aprovechadas de forma turística ni menos de uso doméstico);
9) Industria, innovación e infraestructura (muchas empresas son responsables de la contaminación de los ríos, arroyos, cañadas y el mar);
11) Ciudades y comunidades sostenibles (las alcaldías y el propio estado no tiene la capacidad de proteger la calidad de las aguas);
13) Acción por el clima (la destrucción de los humedales, cañadas, arroyos y ríos impacta negativamente en el clima);
14) Vida submarina (con ríos contaminados, tenemos mares contaminados y, por ende, no habrá vida submarina);
15) Vida de ecosistemas terrestres (humedales afectados);
17) Alianzas para lograr objetivos (debe existir un compromiso de nación para evitar la contaminación y destrucción de los ríos, por la gran cantidad de desechos que caen en sus aguas).
El estudio de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Santo Domingo (ob. Cit.) establece que una de las principales problemáticas de la recogida eficiente de los desechos sólidos son las bajas asignaciones al sector municipal.
“Los gastos en servicios sociales básicos mantienen un nivel bajo y la transferencia del 10 % del Presupuesto del Gobierno Central a los Gobiernos Locales estipulado por la Ley de Municipios (176-07), entes encargados de la gestión de RSU, no alcanza en realidad el 5 % (2022). Esto hace que los municipios destinen del 30 al 70 % de sus ingresos a solventar los gastos corrientes del servicio de basuras, impidiéndoles invertir en flota, capacitación del personal y tecnologías necesarias”, avanza.
Establece que todo eso se traduce en deficiencias en la prestación del servicio que se refleja a su vez en la resistencia de la población de pagar las facturas de basura y unas débiles y deficientes recaudaciones de las alcaldías.
El descuido ambiental impide lograr ciudades sostenibles, acceso al agua y una vida saludable.

PROPUESTA PARA SALVAR LOS RÍOS:

La ingeniera Carmen Veloz Comas, de la Comisión Ambiental de la UASD, plantea una recuperación integral de los ríos, basada en tres pilares:
1. GESTIÓN DE AGUAS RESIDUALES:
-Construcción de plantas de tratamiento.
-Régimen de sanciones para infractores.
-Educación ambiental desde las comunidades.
2. GESTIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS:
-Recolección y reciclaje efectivo.
-Eliminación de vertederos ilegales.
-Limpieza periódica de las riberas.

3. RECUPERACIÓN Y PROTECCIÓN DE LA CUENCA:
-Reforestación de cuencas altas.
-Restauración de vegetación ribereña.
-Control de extracción de materiales y protección de humedales.
“Recuperar los ríos requiere la participación de comunidades, alcaldías, organismos estatales y entidades ambientales”, sostiene Veloz Comas.
FUENTES MÚLTIPLES DE CONTAMINACIÓN:

Los ríos dominicanos, como el Haina-Manoguayabo y el Isabela, sufren por múltiples focos de contaminación:
-Aguas residuales domésticas e industriales, vertidas sin tratamiento.
-Basura urbana y desechos plásticos, arrastrados por la escorrentía.
-Empresas recicladoras de baterías y metaleras, que descargan metales pesados.
Agricultura y ganadería sin control, que contaminan con residuos y pesticidas.
-Extracción de materiales del lecho fluvial, que altera el cauce.
-Relleno de humedales, que agrava las inundaciones y destruye ecosistemas.
Estas prácticas deterioran la calidad del agua, ponen en peligro la biodiversidad y comprometen la salud de miles de personas que dependen de estos recursos.
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LLAMADO URGENTE A LA ACCIÓN:
Especialistas y comunitarios reclaman una intervención inmediata y coordinada por parte del Ministerio de Medio Ambiente, las alcaldías, Dominicana Limpia, la CAASD y otras entidades públicas.

El desafío es claro: Si no se actúa de forma integral y urgente, la contaminación fluvial continuará expandiéndose desde los ríos hacia los mares, afectando no solo la vida marina, sino también el futuro del país.