Resiliencia en Acción: Innovación Agrícola en Montecristi

23-06-2025
Medioambiente
Ojalá, República Dominicana
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Siempre es inspirador presenciar el poder transformador de las iniciativas comunitarias. Ante la transición por el cierre global de la USAID y al finalizar varios proyectos que he tenido el privilegio de gestionar, he estado reflexionando sobre el impacto duradero que han tenido en comunidades de República Dominicana.

Estoy orgullosa de lo que hemos logrado juntos y mantengo la esperanza de que seguirán evolucionando y prosperando gracias a otras oportunidades de financiamiento y alianzas frescas.

A medida que cambian las prioridades políticas que impactan en los flujos de la ayuda oficial al desarrollo y los mecanismos de cooperación internacional, intento mantener el optimismo y la esperanza, sabiendo que, si bien en este caso los proyectos cierran, los desafíos que abordaron siguen siendo relevantes y el progreso alcanzado merece reconocimiento y continuidad de apoyo.

Es por ello, que hoy aprovecho para destacar los notables logros de la Asociación de Productores Agropecuarios de la Frontera (AgroFrontera) a través de su proyecto piloto «Fortaleciendo la Resiliencia de las Comunidades en Montecristi».

Las provincias fronterizas del norte de la República Dominicana enfrentan importantes efectos e impactos a causa de la variabilidad climática, siendo uno de ellos la escasez de agua que afecta tanto el consumo humano como la producción agrícola.

En Montecristi, donde el cultivo de arroz constituye una actividad económica importante, empleando a más de 30,000 personas y abarcando más de 18,000 hectáreas, el aumento de la temperatura y la intensificación de las sequías representan una grave amenaza. Desde la perspectiva ambiental y de cuantificación de emisiones, la producción tradicional de arroz contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En respuesta a estos desafíos, la asociación de agricultores AgroFrontera, tomó medidas decisivas. Mediante colaboraciones estratégicas con instituciones académicas, socios del sector privado y otras partes interesadas, empoderaron a 204 pequeños productores de arroz y 18 jóvenes estudiantes de agronomía de la región fronteriza.

¿Su objetivo? Promover prácticas agrícolas sostenibles que, simultáneamente, impulsen el desarrollo económico, combatan los efectos del cambio climático y mejoren la seguridad alimentaria.

Los resultados hablan por sí solos. AgroFrontera ha demostrado que la adopción de una producción de arroz climáticamente inteligente puede resultar en una notable reducción estimada en un 60 % de las emisiones de GEI, una disminución del 25 % en el uso de agua de riego y una reducción significativa de la contaminación por agroquímicos en las aguas superficiales; además de mejorar la rentabilidad del cultivo de arroz para los pequeños agricultores locales.

De manera crucial, los jóvenes estudiantes participantes de un curso sobre cambio climático financiado como parte del proyecto por la USAID, desempeñaron un papel fundamental ayudando a los agricultores en la recopilación de datos en sus parcelas siguiendo los criterios de la Plataforma de Arroz Sostenible (SRP-Sustainable Rice Platform).

Técnicas innovadoras como el riego y el secado alternativos (AWD- Alternative Wetting and Drying) fueron fundamentales para lograr estos resultados de ahorro de agua y mitigación por emisiones de metano a la atmósfera.

Además, se implementó la «teoría del juego del agua», una metodología lúdica que demostró ser una poderosa herramienta para desarrollar capacidades, fomentando una mayor cooperación en la toma de decisiones compartida respecto de la gestión del agua de riego para agricultores que forman parte de un mismo sistema.

Más allá de los avances agrícolas, AgroFrontera facilitó adicionalmente un logro significativo en materia de resiliencia social. La organización apoyó a líderes locales de la comunidad rural La Recta de Sanita, en el proceso de obtener una subvención de fondos que les permitió la autoimplementación y gestión de un sistema de agua potable comunitario.

Este proyecto piloto es un ejemplo convincente de cómo un enfoque sistémico puede fortalecer la resiliencia social, abordar los riesgos climáticos y fomentar el desarrollo local.

Para quienes buscan colaborar con una organización local de base comunitaria dedicada a impulsar un desarrollo sostenible e inclusivo en la República Dominicana, en particular en la región fronteriza norte, recomiendo contactar al excepcional equipo de AgroFrontera, dirigido por el Dr. Frederick Payton. Su trabajo es un testimonio del poder enraizado en la experiencia local y la acción colaborativa.