La OMM publicará este marzo la versión definitiva del estado del clima mundial en 2023 con el balance sobre los impactos socioeconómicos en la seguridad alimentaria, los desplazamientos de población y la salud.

El cambio climático es una realidad. Es el pasado reciente que no quisimos ver y que anunció Fidel Castro en la Cumbre de Río 92. Es el presente entre el infierno de la sequía, olas de calor e incendios y los diluvios de las inundaciones repentinas que están azotando nuestro continente.

Los incendios del primero de marzo pasado en Canadá aún continúan hoy como fuegos zombies debajo de la nieve y han arrasado el 4% de los bosques del país. En Chile, Argentina y Brasil, otro tanto con decenas de personas muertas; en Texas más de treinta incendios cobran la vida de al menos una persona; cada vez más urbanos, estos siniestros provocan evacuaciones y desplazados.

Mientras en Canadá el fuego sigue ardiendo bajo la nieve, en Estados Unidos, en Wisconsin y NY, la nieve ha brillado por su ausencia y amenaza el sustento del turismo invernal con temperaturas de abril en enero.

Por otro lado, inundaciones diluvianas en California, Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil, Río de Janeiro y São Paulo con miles de desplazados y decenas de muertos.

República Dominicana, claro está, no es la excepción. Aún frescos en la memoria los más de 30 muertos en las inundaciones del último noviembre. Solo en enero 16 incendios forestales quemando más de mil tareas, 68 % por limpieza de tierras para agricultura y ganadería, como los reportados desde Santiago Rodríguez.

En febrero le tocó al parque nacional Los Haitises, con su “tradicional” siembra de Yautía y ñame para exportación. Como bien dijo un dirigente de la Sociedad Ecológica del Cibao, todo esto porque no hay régimen de consecuencias para los que violan la ley ambiental y porque el Ministerio no hace su trabajo.

 Espero que el futuro, aunque nada prometedor, lo podamos mitigar por la sobrevivencia de la humanidad. Para eso hay que retomar a Fidel y hacer valer la solidaridad sobre el odio y hacer cambios políticos para que haya políticas ambientales que alcancen a la mayoría.