Perú, Brasil y Colombia exigen frenar la minería ilegal de oro y el uso de mercurio

09-08-2025
Medioambiente
Noticias Ambientales, Argentina
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Durante el Primer intercambio de pueblos indígenas amazónicos sobre la minería ilegal de oro y la contaminación por mercurio, realizado en julio (del 2 al 4) en el Parque Nacional Natural Amacayacu, en Leticia (Colombia), hubo un reclamo concreto.

Delegaciones de Colombia, Perú y Brasil emitieron un comunicado conjunto con 25 exigencias para proteger sus territorios, su salud y su cultura frente a una de las amenazas más graves para la Amazonía.

El encuentro reunió a representantes indígenas, comunidades locales, autoridades gubernamentales y especialistas técnicos. Se trató de un diálogo intercultural centrado en los impactos sociales, ambientales, culturales y sanitarios que provoca la minería de oro y el uso de mercurio en la región.

Una hoja de ruta regional contra la minería ilegal

Los flagelos de la Amazonía y el reclamo de los pueblos.

A partir del análisis territorial, la deliberación por país y el intercambio de experiencias, se elaboró una hoja de ruta regional que combina conocimiento ancestral con herramientas legales, institucionales y de incidencia internacional.

El pronunciamiento, validado de forma participativa, incluye 25 propuestas y demandas que buscan garantizar la protección de los derechos territoriales, la seguridad de las personas defensoras ambientales y la preservación de la salud y el ambiente amazónico.

Las principales exigencias de los pueblos indígenas

Entre las demandas más relevantes, los pueblos amazónicos reclaman:

  • Demarcación, titulación y seguridad jurídica de los territorios ancestrales, frenando leyes y políticas que vulneren sus derechos.
  • Protección efectiva para defensores y defensoras ambientales, incluyendo el fortalecimiento de guardias indígenas.
  • Cumplimiento del derecho a la consulta previa, libre e informada en cualquier proyecto que afecte sus territorios.
  • Fortalecimiento del liderazgo de las mujeres y erradicación de la violencia de género, agravada por la minería ilegal.
  • Reconocimiento y aplicación del conocimiento ancestral y la medicina tradicional en políticas de salud y conservación.
  • Programas de salud física y mental especializados en los efectos del mercurio, con énfasis en niñas, niños y mujeres.
  • Creación de una red amazónica de monitoreo en salud para medir la exposición al mercurio y sus impactos.
  • Garantía de seguridad y soberanía alimentaria, afectada por la contaminación de peces.
  • Programas educativos interculturales adaptados a las realidades territoriales, con énfasis en medicina tradicional y comunicación.
  • Sistemas de información ambiental propios, liderados por comunidades indígenas y con participación juvenil.
  • Fomento de economías sostenibles como el turismo comunitario y ecológico.
  • Protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento o Contacto Inicial (PIACI) y de los pueblos transfronterizos.
  • Declarar a los Bosques y pueblos originarios amazónicos como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO.
  • Cooperación transfronteriza para combatir el comercio ilegal de oro y mercurio.
  • Disminuir el consumo y comercio de oro, visibilizando sus impactos en la salud y el ambiente.
  • Asignación de presupuesto estatal para implementar las medidas, con participación indígena en cada etapa.

Un llamado urgente a la acción internacional

La voz de los pueblos de la Amazonía. (Foto: FCDS).

El evento contó con la participación virtual de Richard Gutiérrez, representante del Convenio de Minamata. Reafirmó el compromiso de visibilizar la voz de los pueblos indígenas en espacios internacionales y destacó la urgencia de generar evidencia científica sobre los impactos del mercurio, especialmente en la salud de futuras generaciones.

La actividad fue organizada por la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS Perú), la Alianza Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro (AARIMO) y el Observatorio de Minería Ilegal (OMI), con el apoyo de la Fundación Gordon y Betty Moore.

Este pronunciamiento colectivo se considera un paso clave para fortalecer la articulación regional de los pueblos indígenas amazónicos y su capacidad de incidencia internacional frente a la minería ilegal de oro y la contaminación por mercurio, dos de las mayores amenazas para la biodiversidad y las culturas de la Amazonía.