Perú, Brasil y Colombia exigen frenar la minería ilegal de oro y el uso de mercurio
Durante el Primer intercambio de pueblos indígenas amazónicos sobre la minería ilegal de oro y la contaminación por mercurio, realizado en julio (del 2 al 4) en el Parque Nacional Natural Amacayacu, en Leticia (Colombia), hubo un reclamo concreto.
Delegaciones de Colombia, Perú y Brasil emitieron un comunicado conjunto con 25 exigencias para proteger sus territorios, su salud y su cultura frente a una de las amenazas más graves para la Amazonía.
El encuentro reunió a representantes indígenas, comunidades locales, autoridades gubernamentales y especialistas técnicos. Se trató de un diálogo intercultural centrado en los impactos sociales, ambientales, culturales y sanitarios que provoca la minería de oro y el uso de mercurio en la región.
Una hoja de ruta regional contra la minería ilegal

A partir del análisis territorial, la deliberación por país y el intercambio de experiencias, se elaboró una hoja de ruta regional que combina conocimiento ancestral con herramientas legales, institucionales y de incidencia internacional.
El pronunciamiento, validado de forma participativa, incluye 25 propuestas y demandas que buscan garantizar la protección de los derechos territoriales, la seguridad de las personas defensoras ambientales y la preservación de la salud y el ambiente amazónico.
Las principales exigencias de los pueblos indígenas
Entre las demandas más relevantes, los pueblos amazónicos reclaman:
- Demarcación, titulación y seguridad jurídica de los territorios ancestrales, frenando leyes y políticas que vulneren sus derechos.
- Protección efectiva para defensores y defensoras ambientales, incluyendo el fortalecimiento de guardias indígenas.
- Cumplimiento del derecho a la consulta previa, libre e informada en cualquier proyecto que afecte sus territorios.
- Fortalecimiento del liderazgo de las mujeres y erradicación de la violencia de género, agravada por la minería ilegal.
- Reconocimiento y aplicación del conocimiento ancestral y la medicina tradicional en políticas de salud y conservación.
- Programas de salud física y mental especializados en los efectos del mercurio, con énfasis en niñas, niños y mujeres.
- Creación de una red amazónica de monitoreo en salud para medir la exposición al mercurio y sus impactos.
- Garantía de seguridad y soberanía alimentaria, afectada por la contaminación de peces.
- Programas educativos interculturales adaptados a las realidades territoriales, con énfasis en medicina tradicional y comunicación.
- Sistemas de información ambiental propios, liderados por comunidades indígenas y con participación juvenil.
- Fomento de economías sostenibles como el turismo comunitario y ecológico.
- Protección de los Pueblos Indígenas en Aislamiento o Contacto Inicial (PIACI) y de los pueblos transfronterizos.
- Declarar a los Bosques y pueblos originarios amazónicos como Patrimonio de la Humanidad ante la UNESCO.
- Cooperación transfronteriza para combatir el comercio ilegal de oro y mercurio.
- Disminuir el consumo y comercio de oro, visibilizando sus impactos en la salud y el ambiente.
- Asignación de presupuesto estatal para implementar las medidas, con participación indígena en cada etapa.
Un llamado urgente a la acción internacional

El evento contó con la participación virtual de Richard Gutiérrez, representante del Convenio de Minamata. Reafirmó el compromiso de visibilizar la voz de los pueblos indígenas en espacios internacionales y destacó la urgencia de generar evidencia científica sobre los impactos del mercurio, especialmente en la salud de futuras generaciones.
La actividad fue organizada por la Fundación para la Conservación y Desarrollo Sostenible (FCDS Perú), la Alianza Amazónica para la Reducción de los Impactos de la Minería de Oro (AARIMO) y el Observatorio de Minería Ilegal (OMI), con el apoyo de la Fundación Gordon y Betty Moore.
Este pronunciamiento colectivo se considera un paso clave para fortalecer la articulación regional de los pueblos indígenas amazónicos y su capacidad de incidencia internacional frente a la minería ilegal de oro y la contaminación por mercurio, dos de las mayores amenazas para la biodiversidad y las culturas de la Amazonía.