En columnas anteriores he citado acreditadas fuentes que señalan la importancia de la biodiversidad en la disponibilidad de agua, alimentos y energía. Así como en la calidad del aire, el clima, los medicamentos y otros beneficios para la salud, el ambiente y la economía.

Por lo mismo, no deja de sorprender que estos beneficios -de los que depende la humanidad- hoy se encuentren amenazados precisamente por actividades humanas. Y que -a pesar de los acuerdos internacionales suscritos hace décadas- la crisis climática y ambiental tiende a agravarse con el paso del tiempo.

Un informe presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA, octubre 24/2024) durante la Cumbre de las Partes sobre Biodiversidad -COP16- en Cali señala: “Ha llegado la hora de la crisis climática”.

“Las emisiones anuales de gases de efecto invernadero están en su nivel más alto, y se deben tomar medidas urgentes para prevenir picos catastróficos de temperatura y evitar el peor impacto del cambio climático”.

“El objetivo de 1,5 °C desaparecerá en pocos años a menos que los países se comprometan colectivamente a reducir el 42 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y el 57 por ciento para 2035 en la próxima ronda de contribuciones. Estas contribuciones… describen pasos para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos del clima (desde sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos), asegurando los fondos necesarios y actualizando los planes cada cinco años”.

Sobre la deforestación, una de las amenazas a la biodiversidad, el Ministerio de Ambiente de Colombia señaló: la “Estrategia Integral de Control a la Deforestación y Gestión de los Bosques -EICD, es la apuesta del país para la reducción de la deforestación y degradación de los bosques, promoviendo su gestión sostenible en Colombia” … “fomentando la mitigación al cambio climático”.

Esperemos que las estrategias orientadas a proteger ecosistemas terrestres se extiendan a los acuáticos que también revisten importancia en el tema cambio climático y otros.

De la preservación de la biodiversidad, es importante controlar otros factores que alimentan la contaminación generalizada de aguas, aire y alimentos y la crisis climática mundial.

Todas las publicaciones acreditadas coinciden en ratificar que -si no se toman medidas inmediatas, de fondo y generalizadas- la humanidad camina hacia eventos catastróficos en un futuro cercano.

En este contexto, también se realizarán este año -en otros países- la COP 29 sobre cambio climático que -entre otros- abordará estrategias orientadas a reducir las emisiones de gases de invernadero y la COP 16 sobre desertificación. Se trata de temas interrelacionados que es necesario considerar en la búsqueda de soluciones reales a la crisis climática y ambiental mundial.