La ballena beluga rescatada esta madrugada en el río Sena ha tenido que ser sacrificada mientras era trasladada al mar debido a la «degradación de su estado de salud«, informaron las autoridades.

«A pesar de una operación de rescate de la beluga sin precedentes, estamos tristes de anunciar la muerte del cetáceo», ha escrito la prefectura de Calvados en su cuenta de Twitter.

En el vídeo adjunto al tweet, la veterinaria de los bomberos del Essone, Ollivet Courtois, ha afirmado que «el sufrimiento de este animal era evidente«. Así como también mencionó que «las dificultades de respiración» de la beluga se habían agravado hasta tal punto que lo mejor fue proceder a una técnica de eutanasia para no prolongar más su sufrimiento.

La ballena de cuatro metros, una especie protegida que generalmente se encuentra en aguas árticas mucho más frías, estuvo atrapada en el río, al noroeste de París, durante una semana.

Una docena de veterinarios esperaban en una barcaza para tratar a la ballena después de que la sacaran del agua en una red. Unas 80 personas estuvieron involucradas en el rescate, entre buzos y policías. El equipo de rescate ha tardado casi seis horas en sacar a la ballena enferma, que pesa 800 kg, del agua y subirla a una barcaza.

Los rescatistas esperaban tratar al animal durante varios días antes de devolverlo a mar abierto. La beluga había quedado atrapada a más de 100 km del mar y su salud se fue deteriorando tras no poder comer.

Rescate complicado

El cetáceo, cuyo estado de salud fue calificado de «alarmante», terminó siendo izado en una red remolcada por una grúa y colocado en una barcaza, donde fue atendido por una decena de veterinarios.

Durante largos minutos de incertidumbre, el imponente cetáceo se encontró suspendido en el aire, agitando su cuerpo blanco sobre las cabezas de sus rescatadores.

La beluga, un animal que vive en aguas frías cuya presencia en el Sena es excepcional, debía ser colocada entonces en un camión frigorífico que la transportará fuera del agua.  Su destino era la costa, a unos 160 km de distancia, según explicó la secretaria general de la prefectura de Eure, Isabelle Dorliat-Pouzet, antes del inicio de la delicada operación.

Las autoridades ya habían advertido sobre los riesgos que corría la beluga. Isabelle Brasseur, del zoológico marino Marineland de Antibes, explicó que era probable que muriese «durante la manipulación, durante el viaje o en el punto B» en Ouistreham.

El pasado mes de mayo, una orca entró en el Sena, donde estuvo varios días, pero murió de cansancio y falta de alimentación antes de que pudiera ser rescatada.

Los especialistas barajan varias opciones para explicar estos fenómenos, como un exceso de contaminación sonora que los desorienta o que se pierden por las modificaciones en las corrientes marinas debido al calentamiento global.