Julio registra 7 de los 10 días más calurosos a nivel global desde al menos 1940

10-08-2024
Medioambiente
Climática Coop
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A la espera de un análisis detallado de cómo ha sido julio a nivel meteorológico y climático, lo que ya es seguro es que el séptimo mes del año ha registrado 7 de los 10 días más calurosos desde que el servicio europeo Copernicus tiene registros. 

El día 22 se batió el récord de temperatura diaria mundial con 17,16ºC, aunque está virtualmente empatado con el día 23 (17,15 ºC). A estos le siguen el día 24, con 17,10ºC, y los días 21 y 27 de julio, con 17,09ºC. Hasta entonces, el récord lo tenía… el 6 julio de 2023, hace solo un año.

Si se analizan los 100 días con las temperaturas más altas desde al menos 1940 (que es cuando el Servicio de Cambio Climático de Copernicus comienza sus mediciones), 89 han tenido lugar entre 2024 y 2023. Hay que ir hasta el 69º día más caluroso para encontrar un año diferente: 2016.

Olas de calor viciadas por el cambio climático

Y más allá de récords de temperaturas, el verano está siendo una sucesión de olas de calor, las cuales ahora son más fuertes y/o comunes debido al cambio climático.

Las altas temperaturas registradas en España y otros países mediterráneos en julio habrían sido prácticamente imposibles si el ser humano no hubiera calentado el planeta quemando combustibles fósiles.

Desde el World Weather Attribution (WWA), el grupo de especialistas de clima que realizan estudios para determinar cómo influye el cambio climático en un evento extremo, señalan que si no hubiese cambio climático, el calor extremo del mes pasado hubiese sido 3ºC más frío.

En este sentido, recuerdan que en el actual contexto de calentamiento global, olas de calor similares como las vividas estas últimas semanas en España, Italia, Grecia y Marruecos se prevé que ocurran de media aproximadamente una vez cada 10 años.

Estas conclusiones parten de analizar datos observacionales en vez de hacer el habitual análisis de atribución puesto que, dicen, arrojaría conclusiones similares a estudios hechos anteriormente.

«En muchas regiones, la influencia del cambio climático inducido por el ser humano es tan grande que las temperaturas registradas durante las olas de calor no serían posibles sin el calentamiento causado por la quema» de carbón, petróleo y gas, señalan. En este sentido, el grupo investigador insiste: «A menos que el mundo deje rápidamente de quemar combustibles fósiles, estos fenómenos serán más intensos, más frecuentes y más duraderos».

De forma paralela, urge adoptar medidas de adaptación. A pesar de los avances en la materia, sigue siendo urgente acelerar planes, estrategias e infraestructuras contra el calor y otros eventos extremos dopados por el cambio climático.

Un actor clave en todo esto son las ciudades. Al ser «puntos calientes de riesgo térmico, la planificación urbana debe centrarse en medidas para reducir el efecto de isla de calor urbano, como el aumento de los espacios verdes y azules refrigerantes», piden desde el WWA.

Este verano de calor intenso se está desarrollando mientras transcurren los Juegos Olímpicos de París 2024. Muchos de los deportes se celebran al aire libre, con los deportistas, el público y personal de las olimpiadas expuestas a temperaturas mortales.

Como apuntan diversos estudios científicos, los atletas olímpicos de élite que se exponen a altas temperaturas y no están aclimatados a ellas pueden sufrir efectos como un descenso del rendimiento y un aumento de las enfermedades relacionadas con el calor, como los calambres y el agotamiento. Aquí, una vez más, es primordial contar con una buena estrategia de adaptación y medidas que ayuden a reducir la exposición.