Juegos Olímpicos en plena ebullición climática: la competencia ahora es con el calor

03-08-2024
Medioambiente
Clima Info, Brasil
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Se dio el inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, que se desarrollarán del 26 de julio al 11 de agosto, seguidos de los Juegos Paralímpicos, del 28 de agosto al 8 de septiembre, que se espera reciban a más de 16 millones de personas, 10 mil de ellos deportistas.

Es la segunda vez que la capital francesa acoge el evento, la primera fue en 1924. Entre los diversos cambios que se han producido en estos 100 años, uno que llama la atención es el cambio climático: en el último siglo, París se ha calentado 3,1ºC , informa el informe Ring of Fire II. Para alcanzar el podio, los atletas tendrán otro desafío por delante.

En el verano de 2022, la ciudad registró alrededor de 7.000 muertes relacionadas con el calor, recuerda Mídia Ninja.

En 2023, hubo cuatro olas de calor y más de 5 mil muertes, destaca UOL . Algunas soluciones encontradas para mitigar los efectos del calor son los juegos al final de la tarde y por la noche, sin embargo, el informe Anillo de Fuego II muestra que las noches en las que las temperaturas no bajan de los 20ºC aumentaron un 2.100%, en la comparación entre los periodos de 1924. -1933 y 2014-2023. En el primer periodo sólo se registraron cuatro noches tropicales; en la última medición, fueron 84.

Meteoblue informa que París todavía sufre la isla de calor urbana, debido a la concentración de edificios, carreteras e infraestructuras que atrapan el calor dentro de la ciudad.

Cerca de la Torre Eiffel, por ejemplo, las temperaturas son 3ºC más altas que en sus alrededores, mientras que en el Castillo de Versalles, donde se desarrollarán eventos ecuestres, la temperatura baja una media de 1ºC por efecto de la vegetación.

El análisis de los impactos del cambio climático en los Juegos Olímpicos ha ido creciendo con cada edición y no es para menos. En los juegos de Río 2016, los triatletas en la carrera masculina partieron a las 14 horas con un calor cercano a los 35ºC y una humedad relativa del 70%; La edición de Tokio fue considerada la más calurosa de la historia, con sensaciones térmicas que alcanzaron los 40ºC. Ahora, se espera que el evento en París tenga lugar en uno de los veranos más calurosos de su historia.

El calor anormal es un peligro para todos los presentes y, en particular, para los deportistas, comprometiendo no sólo su rendimiento , sino también su salud. En los Juegos Olímpicos de Tokio, el medallista y tenista Marcus Daniell informó que el calor rozaba lo fatal. “Uno de los mejores tenistas del mundo [Daniil Medvedev] dijo que pensaba que alguien podría morir en Tokio, y no creo que sea una exageración. Esto no es divertido ni saludable”, dijo Daniell.

Las altas temperaturas pueden comprometer las funciones cardiovasculares, musculares, los procesos cognitivos, además de provocar deshidratación.

Estos efectos pueden verse exacerbados en personas con afecciones médicas específicas, como los atletas paralímpicos. El informe Mais Fare do Pódio, elaborado por el Observatorio del Clima en 2016, compara el calor excesivo con una invasión de virus o bacterias dañinas, con una reacción más rápida e intensa.

La explicación pasa por el concepto de eficiencia mecánica del cuerpo: las fibras musculares sólo transforman en movimiento entre un 5% y un 25% de la energía que obtienen. El resto se elimina en forma de calor. La tasa máxima de utilización de energía (entre el 22% y el 25%) corresponde al metabolismo de un atleta profesional. 

Es decir, al practicar deporte, los músculos de un corredor de maratón olímpico se convierten en potentes calentadores internos. Y el calentamiento del planeta hace que esta misión sea mucho más difícil.

Cuanto más tiempo se esté expuesto a estas condiciones, más peligrosa será la práctica de deportes. Por ejemplo, no hay registros de hiponatremia (una caída en los niveles ideales de sodio, un elemento químico que se drena del cuerpo con el sudor) en carreras de 100 metros. Sin embargo, los episodios son más frecuentes en deportes como el triatlón, el maratón, el fútbol y todos los deportes de campo, como el tenis.

Según NBC , el cuerpo de los atletas produce de 15 a 20 veces más calor durante el ejercicio que el de alguien que no es atleta. Debido a esta preocupante combinación de cambio climático y ejercicio físico prolongado, algunos científicos del clima han sugerido que los Juegos Olímpicos ya no se celebren durante el verano.

Entre las recomendaciones para evitar escenarios dramáticos, aconsejan el uso de tecnología mejorada para monitorear el calor y la temperatura corporal, un mayor intercambio de recursos e información sobre enfermedades por calor entre diferentes federaciones y la creación de pautas para posponer, cambiar o cancelar eventos deportivos debido a la riesgo de exposición al calor.

Una cosa es segura: los deportes olímpicos ya no son los mismos. Ahora, los deportistas no sólo tienen que competir contra sus limitaciones y otros competidores de alto rendimiento , sino también contra condiciones climáticas extremas.

Éstos, agudizados por el calentamiento global, continúan a todo vapor debido al continuo avance en la quema de combustibles fósiles.

Hay formas de adaptarse, utilizando la tecnología y trasladando las pruebas a tiempos más fríos, pero esto tiene un límite.

El tema es de mayor orden y debe ser visto como una amenaza a la vida de quienes participan en este megaevento porque, con la realidad climática actual, pareciera que estamos hablando más de los Juegos del Hambre que de los Juegos Olímpicos.

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