Inteligencia Artificial busca pareja para la planta más solitaria del mundo
Es uno de los organismos más raros del mundo, ha sobrevivido a múltiples extinciones masivas y a cambios climáticos, y ahora podría desaparecer completamente a causa de su fracaso en la reproducción.
Esta es la historia de Encephalartos woodii, también conocido como cícada de Wood, una planta macho originaria de Ngoye (Sudáfrica) a la que le están buscando pareja. ¿Por qué?
Descubierto el único ejemplar en 1845, años más tarde se enviaron muestras a jardines botánicos del mundo para ser cultivadas. Sin embargo, teniendo en cuenta el sexo masculino de la planta original, todos los clones propagados fueron machos, por lo que ha resultado imposible impulsar la reproducción natural de la especie, que por naturaleza necesita de una hembra para cumplir esta función vital.
Ahora, sin embargo, parece que hay una esperanza para la supervivencia de E. woodii en el campo de la tecnología.
Lejos de haber creado una ‘app’ de citas para vegetales, lo cual sería extraño pero no tan sorprendente, científicos de la Universidad de Southampton están empleando la Inteligencia Artificial para encontrar, en el bosque de Ngoye, una hembra que pueda evitar la extinción de esta solitaria planta.
EN BUSCA DEL ‘MATCH’ PERFECTO
En el mundo de las plantas, el sexo puede presentarse de diversas formas. Existen las especies hermafroditas, como las plantas del tomate o la manzana, pero también las monoicas, que son aquellas que cuentan con flores masculinas y femeninas y, por lo tanto, pueden reproducirse por autofecundación. Un ejemplo de estas segundas son la lechuga o el guisante.
Imagen aérea con detección multiespectral.
E. woodii, sin embargo, pertenece a otro grupo en términos de órganos sexuales: al de las dioicas. En otras palabras, esta planta solo cuenta con individuos unisexuales, lo que la obliga a practicar la polinización cruzada entre macho y hembra, a través del viento o de insectos, para poder reproducirse. Y es en este contexto donde se comprende su preocupante situación.
Numerosas expediciones a lo largo del siglo XX y XXI han tratado de dar con una hembra de su especie, sin éxito. Pero ahora la Inteligencia Artificial podría cambiarlo todo: con la ayuda de drones y aeronaves tripuladas, los expertos están sobrevolando el bosque de Ngoye, en busca de una pareja perfecta para el macho solitario.
Para conseguirlo, el ambicioso proyecto pasó primero por una fase de entrenamiento de la IA que consistió en generar imágenes de plantas y colocarlas en diferentes entornos ecológicos para que pudieran ser reconocidas por los modelos tecnológicos, tal y como se explica en el comunicado de la universidad.
«Estamos utilizando un algoritmo de reconocimiento de imágenes para identificar las plantas por su forma», señaló la doctora Laura Cinti, líder de la investigación.
Por otro lado, los drones ya habían sido utilizados desde 2022 para la misma misión: estos vehículos aéreos no tripulados tomaron entonces miles de imágenes y, gracias a sensores multiespectrales, lograron identificar si las plantas estaban vivas o muertas, e incluso a qué especie pertenecían.
Sumando ahora a la IA en esta ecuación, ¿logrará la ciencia encontrarle por fin pareja a esta planta?
HAY QUE TENER SIEMPRE UN PLAN B
La tarea es compleja, y no porque E. woodii no sea un «buen partido»: como se ha mencionado anteriormente, se trata de una planta muy resiliente, que ha sobrevivido a múltiples eventos climáticos sin doblegarse por más de 300 millones de años. Pero buscar a una hembra en Ngoye es como buscar una aguja en un pajar: hasta ahora, los drones han rastreado alrededor de 79 hectáreas del bosque, y este tiene más de 4.000 en total.
Frente a la posibilidad de fracasar en el intento y a la negación de abandonar este «cuento clásico de amor no correspondido», en palabras de la doctora, el proyecto contempla un plan B: un cambio de sexo en el ejemplar original de E. woodii.
«Ha habido informes de cambios de sexo en otras especies de cícadas debido a cambios ambientales repentinos, como la temperatura, por lo que tenemos la esperanza de que también podamos inducir un cambio de sexo en E. woodii«, explica Cinti.
Esta manipulación química, sin embargo, sigue siendo la última opción en la misión de lograr la reproducción de la planta. La doctora, que cuenta con la colaboración del Dr. Howard Boland, experto en tecnología creativa, y de la Dra.
Debbie Jewitt, científica de la conservación y piloto de drones con sede en Sudáfrica, espera encontrar una hembra en algún rincón del bosque, ya que, insiste, «sería increíble traer a esta planta tan cerca de la extinción a través de la reproducción natural».