Aunque no un científico, como los demás que habitan en estas páginas de biografías de EcoHispaniola, Félix Servio Ducoudray se ha ganado un sitio distinguido en las ciencias naturales del país gracias a su gran capacidad de relatar en forma simple y poética las realidades de los ambientes naturales y transmitir el amplio conocimiento de científicos al pueblo de una manera amena e informativa. Ducoudray produjo una serie de publicaciones semanales sobre diversos aspectos de la naturaleza del país en el suplemento sabatino del periódico El Caribe durante los años 1978 al 1989. Estas publicaciones eran frutos de los viajes por todo el país en los que acompañaba a científicos nacionales como el Prof. Marcano, el padre Julio Cicero, Sixto Incháustegui, José Alberto Ottenwalder, Idelisa Bonelli de Calventi, Abraham Abud, etc.

Nacido el 12 de octubre de 1924 en Santo Domingo en el seno de una familia acomodada del este del país pero de fuertes convicciones democráticas y anti-trujillistas. Su actitud en contra del dictador llevó la familia a ser perseguida por el gobierno y él encarcelado junto a su padre y hermanos a muy temprana edad. Eventualmente la familia tuvo que exiliarse en pobreza a los Estados Unidos.

Estudió su formación básica en el Colegio Santo Tomás y realizó estudios secundarios en la Escuela Normal de Varones en Sto. Dgo. En la Universidad de Santo Domingo llegó hasta el tercer año de la carrera de Derecho, pero tuvo que abandonarla por la persecución política, la cual lo llevó a él y su familia, en 1945, al exilio por varios países. Regresó al país en 1946 para tratar de completar su carrera de Derecho, pero no pudo hacerlo, nuevamente por oposición política dentro de la misma universidad y volvió a salir del país en 1949. Esta vez va a cuba y luego a Guatemala, donde conoce a otra dominicana en exilio, Carmen Julia Martínez Bonilla (Dna. Bulula), con quien se casa y tuvieron dos hijos (Pablo y Patricia). En el exilio se dedicó al periodismo, labor que seguiría el resto de su vida, sin olvidar nunca su militancia política.

En 1963 regresa con la familia a la Rep. Dominicana al establecerse el primer gobierno democrático después que el dictador Trujillo fuese eliminado. Lamentablemente, meses después de llegar se derrocó el gobierno del nuevo presidente, Juan Bosch. Ducoudray participó activamente en la revolución que se forma en el país a partir del golpe de estado contra el presidente Bosch y la posterior intervención militar de los Estados Unidos.

En los años que siguen, continúa escribiendo temas políticos en el periódico El Nacional de ¡Ahora! y en la revista ¡Ahora! bajo un seudónimo. Eventualmente sus escritos fueron considerados controversiales y fue despedido de El Nacional. Luego empezó a trabajar en El Caribe, pero siendo éste un periódico conservador, no se le permitía escribir de política. Fue entonces que decidió explorar el problema de destrucción de ecosistemas que había observado en la zona este del país, iniciando así su carrera de periodismo científico.

En el 1976 publica su primer libro Los “Gavilleros” del Este: Una Epopeya Calumniada (1976, Editora de la UASD) donde describe las tropelías de las fuerzas de ocupación norteamericanas en los años 1916-1924 y la resistencia armada a las mismas por parte de grupos campesinos de la región oriental del país, llamados despectivamente, en esa época “gavilleros”.

Su primer viaje científico fue, en 1978, con los biólogos Idelisa Bonnelly, Sixto Incháustegui y José Alberto Ottenwalder, y poco después consiguió acompañar al Prof. Marcano en sus excursiones. Su aceptación a las expediciones no fue inmediato, pues Marcano tenía cierto nivel de desconfianza con los periodistas. Era su opinión que no importa lo que se le diga a los periodistas, terminan escribiendo algo equivocado. Pero no tomó mucho tiempo para que Marcano y su grupo de investigadores reconocieran la gran capacidad de Ducoudray de escribir verazmente y de manera clara y amena. Y aunque Ducoudray no abandonó nunca la política, existía un acuerdo tácito entre Marcano y él, y demás participantes, de no hablar de política durante las expediciones.

Por la siguiente década, los viajes por el país y los escritos sabatinos en defensa de la naturaleza y ambiente del país continuaron de manera ininterrumpida. En 1980 la Academia de Ciencias le otorgó el Premio Nacional de Periodismo Científico, y el 30 de junio de 1991, la asociación de Periodistas Profesionales le hizo un homenaje póstumo “por su contribución a la formación y la vocación social de los periodistas dominicanos”.

En 1998, sus familiares publicaron Yo, después de las gaviotas, una antología póstuma de 27 artículos seleccionados por él mismo, antes de morir, de los que habían sido publicado en el suplemento sabatino de El Caribe entre los años 1978 y 1989.

En el año 2006 todos sus escritos del suplemento sabatino del periódico El Caribe fueron compilados y publicados en una colección de 6 volúmenes, La Naturaleza Dominicana, por el Grupo León Jimenes.

Varias instituciones, a manera de homenaje póstumo han reconocido su contribución a las ciencias nacionales. La biblioteca del Museo Nacional de Historia Natural Eugenio de Js. Marcano lleva su nombre, así como un mini-zoológico en el arboretum del Instituto Politécnico Loyola.