Estudio relaciona pérdida de fertilidad con la contaminación de combustibles fósiles

19-12-2021
Medioambiente | Salud
El Salto, España
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La natalidad lleva décadas descendiendo en todo el planeta. Este fenómeno se atribuye a factores socioeconómicos y de comportamiento. Ahora, una investigación pone sobre la mesa que la contaminación provocada por los combustibles fósiles podría influir en la disminución de las tasas de fertilidad.

El índice de fecundidad, la cifra que indica el promedio de hijos que da a luz una mujer a lo largo de su vida, lleva décadas decreciendo en todo el planeta. Si en torno a la mitad del pasado siglo se situaba en 4.5 niños por mujer a nivel global, en 2019 se rebajaba a casi la mitad: 2.4 nacimientos. Y si miramos a las naciones más industrializadas la cifra se reduce considerablemente: 1,18 en España el pasado año o 1.7 en Dinamarca.

Es precisamente en este último país donde se ha publicado una investigación que liga este fenómeno no solo con causas socioeconómicas, sino también con la exposición a los contaminantes emitidos por los combustibles fósiles.

Una quincena de científicos, la mayoría radicados en universidades y centros de investigación daneses, ha publicado el estudio Enviromental factors in declining human fertility (Factores ambientales en la disminución de la fertilidad humana) en la revista Nature. En él han analizado datos para ver si, además de factores económicos y de comportamiento, a los que se achaca la reducción de la natalidad global, están implicados factores biológicos.

Exposición química


“Presumimos que los problemas de salud reproductiva están parcialmente relacionados con el aumento de la exposición humana a sustancias químicas que se originan directa o indirectamente de los combustibles fósiles”, señalan los autores del informe.

Con cifras sobre la mesa tales como que a día de hoy, uno de cada diez niños daneses se produce con reproducción asistida y que el 20% de los hombres no tienen hijos en dicho país, el colectivo de investigadores apunta a que es un hecho que la salud reproductiva humana se está deteriorando en las regiones industrializadas. 

“La infertilidad generalizada y la necesidad de reproducción asistida debido a la mala calidad del semen y/o la insuficiencia de los ovocitos son ahora problemas de salud importantes”, remarcan.

También recuerda que existen otros indicadores deterioro de la salud reproductiva del Homo sapiens como el aumento global de la incidencia del cáncer testicular en hombres jóvenes o la alteración de la frecuencia de nacimientos de gemelos y partos múltiples. “También hay evidencia de una disminución paralela en las tasas de abortos legales, lo que revela un deterioro en las tasas totales de concepción”, apuntan.

Ya a comienzos del siglo XX

Los científicos señalan que a comienzos del siglo XX, en plena segunda revolución industrial y tan solo unas décadas después del comienzo del uso generalizado de combustibles fósiles, ya se podían observar alteraciones de las tasas de fertilidad. Este proceso ha derivado en que la mayoría de los países industrializados tienes tasas por debajo de los niveles requeridos para no perder población. En el caso de España, esa cifra está lejos de los 1.18 hijos por mujer actuales: 2.1 nacimientos.

Así el grupo de investigadores señala: “Hipotetizamos que la disminución de las tasas de fertilidad podría estar vinculada a la exposición a sustancias químicas que se originan a partir de combustibles fósiles que causan problemas de reproducción en los seres humanos y cáncer en las primeras etapas de la vida”, haciendo especial hincapié en que la gestación podría ser “un período sensible”.

Así, existen numerosos estudios que relacionan la exposición en algunos mamíferos a disruptores endocrinos, sustancia químicas tóxicas que alteran los sistemas hormonales del cuerpo, con la salud reproductiva vía cambios genéticos. La quema de combustibles fósiles es la fuente de algunos de esos disruptores endocrinos, como es el caso de los llamados compuestos orgánicos volátiles, hidrocarburos gaseosos derivados de disolventes orgánicos, entre otros. Sus efectos sobre la salud están relacionados no solo con irritación de ojos, garganta y sistema respiratorio, sino con efectos cancerígenos o incluso psiquiátricos.

Ante los datos encontrados, la quincena de investigadores sostiene que “si la actual epidemia de infertilidad está realmente relacionada con tales exposiciones, se necesitarán acciones reguladoras decisivas respaldadas por colaboraciones de investigación interdisciplinarias y no convencionales para revertir las tendencias”.