Enorme demanda de aguacate causa severo daño ecológico y social en América Latina
El aguacate es uno de los productos más exportables de México a Estados Unidos, solo por detrás de la cerveza y el tequila. El país es el primer productor de aguacate en el mundo y su principal cliente es su vecino del norte. Si bien, este intercambio comercial genera miles de empleos, también ha puesto en riesgo la vida de las personas.
El crimen organizado, mediante robos y extorsiones, ha cortado una rebanada de ese pastel en Michoacán, el estado mexicano que más comercializa el aguacate. La guerra por el ‘oro verde’ provocó que el año pasado EE.UU. suspendiera las importaciones durante una semana, ante las amenazas telefónicas contra uno de sus inspectores sanitarios en esa entidad. El Ejército mexicano blindó la zona disputada por dos cárteles de la droga, hallando explosivos sembrados, casas baleadas y cultivos abandonados.
La creciente demanda mundial del aguacate también ha disparado la producción en Chile, generando escasez de agua en la provincia de Petorca, la segunda del país con mayor cultivo de esa fruta. Esto se debe a que, por cada hectárea de palta, se requieran hasta 100.000 litros de agua al día. La sequía de los pozos ha provocado que la superficie de los cultivos se reduzca, aunque se producen cantidades superiores.