La cepa H5N1 de gripe aviar se ha propagado de manera silenciosa en el ganado estadounidense durante meses. Esto sugiere que la cantidad de vacas y las zonas afectadas por el virus podrían ser más amplias de lo estimado hasta ahora, de acuerdo con un nuevo análisis preliminar basado en datos entregados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

La variante estudiada se ha relacionado con infecciones humanas, la muerte de un oso polar en Alaska y el fallecimiento de un delfín en las costas de Florida.

Autoridades sanitarias internacionales como la Organización Mundial de la Salud advierten que la rápida propagación de la influenza aviar entre diversas especies de mamíferos podría acelerar la evolución del virus. Se teme que mute para contagiarse de persona a persona, situación que no ha sucedido hasta el momento.

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La leche sigue considerándose segura para el consumo, pero los expertos en enfermedades infecciosas están alarmados por su prevalencia.

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Un grupo de académicos dirigido por Michael Worobey, biólogo evolutivo de la Universidad de Arizona, examinó los datos genómicos relacionados con la afección publicados por la USDA a principios de la semana pasada. Concluyó que el brote de gripe aviar pudo comenzar a finales de diciembre o principios de enero, lo que “implica una propagación prolongada y no detectada. Sugiere que más ganado en todo Estados Unidos e incluso en regiones vecinas podría haber sido infectado”.

Las autoridades federales estadounidenses comunicaron el 25 de marzo sobre una cepa de gripe aviar altamente patógena presente en vacas lecheras de Texas y Kansas. El USDA ha confirmado infecciones de H5N1 en 34 rebaños lecheros en nueve estados desde entonces.

La información difundida por el organismo de agricultura no entrega detalles sobre el origen y la evolución de los contagios. Los reportes de la dependencia se hicieron públicos casi un mes después de que fuera identificada la aparición de la enfermedad en las vacas lecheras. Tulio de Oliveira , bioinformático de la Universidad Stellenbosch, explicó en una declaración retomada por la revista Nature que la entrega de informes precisos es especialmente importante para los patógenos respiratorios de rápida propagación que tienen el potencial de provocar pandemias.

Martha Nelson, epidemióloga genómica del Centro Nacional de Información Biotecnológica, añade que la variante de gripe aviar ha tenido meses para evolucionar. El patógeno ha modificado “una sección de proteína viral que se relaciona con una posible adaptación para propagarse en los mamíferos”.

Gripe aviar: las vacas a los delfines

Jeremy Farrar, director científico de la OMS, expresó a mediados de este mes una “gran preocupación” ante el número creciente de contagios de la cepa H5N1 en humanos y otras especies de mamíferos. El experto en enfermedades emergentes sostuvo que la enfermedad se ha convertido en “una pandemia zoonótica global”.

Un equipo de científicos informó en días recientes sobre el primer fallecimiento conocido de un delfín mular común por gripe aviar. El caso fue identificado en 2022 y el espécimen perdió la vida a causa de la afección. Los resultados de una investigación post mortem realizada por los investigadores del Programa de Rescate de Animales Marinos de la Universidad de Florida confirmaron el diagnóstico. Esta es la primera ocasión que se documenta la muerte de cualquier cetáceo dentro de las aguas de América del Norte por el padecimiento.

“Las consecuencias de que la variante H5N1 se adapte para una mayor replicación y transmisión entre delfines y otros cetáceos podrían ser catastróficas para estas poblaciones”, afirmaron los científicos.

El nivel y velocidad de propagación podría facilitar que el patógeno mute para transmitirse entre humanos. “Al infectar cada vez a más mamíferos, este virus se está acercando a los humanos. Es realmente preocupante que evolucione y desarrolle la capacidad para pasar de persona a persona», advirtió Farrar.

El científico señala que la gripe aviar H5N1 tiene “una tasa de mortalidad extraordinariamente alta” en las personas. La OMS ha registrado 889 incidencias de la enfermedad en humanos en 23 países. Del total, 463 pacientes fallecieron, lo que sugiere una tasa de mortalidad de 52%.

La OMS ha hecho un llamado a las autoridades de salud nacionales y locales para reforzar los mecanismos de vigilancia y registro de la enfermedad. Recalca que es vital conocer la cantidad de casos registrados en mamíferos ya que en estos contagios es donde puede producirse la adaptación del virus.