Disminuye el ritmo deforestación en el siglo XXI, pero los bosques tropicales siguen bajo amenaza
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación repartió este martes motivos tanto para la esperanza como para el pesimismo sobre la continua desaparición de masa forestal en nuestro planeta.
Coincidiendo con el lanzamiento de un nuevo informe, el organismo especializado de la ONU destacó que, desde inicios del siglo XXI hasta el periodo comprendido entre los años 2010 y 2018, el ritmo de deforestación de los bosques disminuyó un 30%.
Sin embargo, también alertó de la amenaza continua que pende sobre los bosques tropicales, ya sea por el pastoreo de ganado en Sudamérica o por la expansión de las tierras de cultivo, como las plantaciones de aceite de palma en Asia.
De este modo, la Organización destaca que la deforestación se redujo de los 11 millones de hectáreas al año entre 2000 y 2010 a los 7,8 millones anuales en el periodo 2010-2018, según el Estudio de Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales por Sensores Remotos.
Pese a esa reducción, la región que sufrió una mayor pérdida de masa forestal entre el año 2000 y el 2018 fue Sudamérica con 68 millones de hectáreas deforestadas, seguida a larga distancia por África con 49 millones.
El aumento anual de superficie forestal a nivel mundial mostró un ligero aumento, pasando de 4,2 millones de hectáreas por año en la primera década del siglo XXI a 4,7 millones de hectáreas por año en el período 2010-2018.
La superficie de suelo forestal plantado aumentó en 46 millones de hectáreas en el período 2000-2018. Casi una cuarta parte de los bosques sembrados durante este milenio sustituyeron a los bosques de regeneración natural, con la mitad de esta superficie en el sur y el sudeste de Asia.
Perdemos bosques en favor de tierras de cultivo
Aunque la pérdida de bosques tropicales representó más del 90% de la deforestación mundial entre los años 2000 y 2018, con 157 millones de hectáreas, un tamaño equivalente a la extensión de Europa occidental, su deforestación se redujo de 10,1 millones de hectáreas al año en el período 2000-2010 a siete millones de hectáreas al año en el período 2010-2018.
La directora general adjunta del organismo destacó que la relevancia del estudio no solo se explica por sus cifras, sino también en la información que provee sobre las actividades en las superficies forestales, los factores que provocan su deforestación y la capacidad para evaluar su evolución.
María Helena Semedo indicó que «el crecimiento de la agricultura no sostenible y otros usos de la tierra siguen provocando una enorme presión sobre nuestros bosques, especialmente en muchos de los países más pobres. No obstante, existen soluciones beneficiosas para todos con las que podemos y debemos aumentar la capacidad de alimentar al mundo sin destruir nuestros bosques».
El principal motivo de la deforestación, con cerca del 50% de la pérdida de masa forestal mundial, es la continua expansión de las tierras dedicadas al cultivo, como las dedicadas a la producción del aceite de palma que generaron el 7% de perdida de bosques, mientras que el 38,5% se debió al pastoreo.
Los bosques tropicales de Centroamérica están muy amenazados
El informe indica que las áreas tropicales de Centroamérica son las más gravemente amenazadas por la reconversión del uso de tierras. Así, entre los años 2000 y 2018 se perdió el 30,3% de los bosques de la ecorregión tropical húmeda y el 25,2% de sus bosques tropicales húmedos.
El resto de los bosques y matorrales tropicales registraron cifras similares, pero se apunta que el tamaño de la muestra analizada en esas zonas requiere de una mayor investigación que confirme estos hallazgos.
El estudio de la Organización analizó 400.000 muestras realizadas por más de 800 expertos locales de 126 países y territorios y se lanzó durante el XV Congreso Forestal Mundial de Seúl, organizado por el Gobierno de la República de Corea del 2 al 6 de mayo.