Colombia tendrá los primeros parques eólicos fluviales del mundo

29-09-2025
Medioambiente
Noticias Ambientales, República Dominicana
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Colombia podría convertirse en pionera mundial en energías limpias con la instalación de dos parques eólicos fluviales en el río Magdalena, con el objetivo de generar 100 megavatios de capacidad instalada mediante turbinas ancladas al lecho del río.

Los proyectos, llamados Delta y Omega, se ubicarían en el municipio de Sitionuevo, departamento de Magdalena. Cada uno contaría con ocho turbinas que aportarían 50 MW, lo que supone un avance significativo en el desarrollo de fuentes renovables no convencionales en el país.

La inversión estimada supera los 600.000 millones de pesos, equivalentes a unos 150 millones de dólares. Este esfuerzo no solo apunta a diversificar la matriz energética nacional, sino también a posicionar a Colombia como referente regional en innovación ecológica.

El río Magdalena, con más de 1.540 kilómetros de longitud, representa la principal arteria fluvial del país y un recurso estratégico para impulsar tecnologías que combinen energía renovable y aprovechamiento sostenible de los ecosistemas acuáticos.

Colombia podría convertirse en el primer país del mundo en contar con parques eólicos fluviales. Foto: EFE Verde.
Colombia podría convertirse en el primer país del mundo en contar con parques eólicos fluviales. Foto: EFE Verde.

¿Qué son los parques eólicos fluviales?

Los parques eólicos fluviales son una propuesta inédita en el mundo. A diferencia de los proyectos terrestres o marinos, estas instalaciones sitúan sus turbinas sobre el cauce de un río, fijándolas en el lecho para aprovechar la fuerza del viento en zonas estratégicas.

Este modelo combina características de los parques eólicos tradicionales y los marinos. Al emplazarse en cuerpos de agua dulce, buscan resolver limitaciones de espacio en tierra y evitar algunos impactos ambientales asociados a la deforestación o a la ocupación de suelos productivos.

Aunque aún no existen proyectos en operación bajo esta modalidad, su implementación abre la puerta a un nuevo capítulo en el uso de energías limpias. Colombia podría ser el primer país en validar la viabilidad técnica y ambiental de esta tecnología en un río.

Además, los parques eólicos fluviales permiten estudiar la interacción entre infraestructura energética y ecosistemas acuáticos. Esto implica desafíos como la protección de la biodiversidad, la navegabilidad del río y la adaptación de las turbinas a cambios en el caudal o en los patrones climáticos.

Impacto ecológico y proyección energética

De concretarse, Delta y Omega aportarían energía suficiente para abastecer a miles de hogares, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y contribuyendo a la meta nacional de descarbonización. Su construcción también generaría empleos y fomentaría la transferencia de conocimiento en innovación verde.

El carácter experimental de estos parques convierte a Colombia en laboratorio de una tecnología que podría replicarse en otros ríos caudalosos de América Latina y el mundo. La clave estará en garantizar un equilibrio entre desarrollo energético y conservación de los ecosistemas hídricos.

Si el país logra implementar con éxito esta modalidad, no solo diversificará su matriz renovable, sino que también marcará un precedente global en el aprovechamiento sostenible de recursos naturales. El Magdalena, históricamente vital para el comercio y la cultura colombiana, se proyecta ahora como escenario de una transformación energética con alcance planetario.

La apuesta por parques eólicos fluviales refleja la urgencia de innovar frente a la crisis climática y de explorar soluciones que integren tecnología, ecología y comunidad. Colombia, con Delta y Omega, tiene la oportunidad de abrir un camino inédito hacia un futuro energético más limpio y responsable.